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Una visión del pasado, del presente y del futuro recopilada entre los periodistas, cientificos, e intelectuales argentinos : La brújula política está dedicada al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.

30/12/09

¿Un nuevo regalo para los Kirchner en el Día de los Inocentes?
Por Luis Majul
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Nunca el juez federal Norberto Oyarbide pensó en investigar en serio si Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Kirchner se habían enriquecido de manera ilícita. No es sólo una presunción. Se trata de una certeza basada en hechos verificables.

El primer antecedente es que el magistrado rechazó como querellante a Enrique Peragini, el abogado que presentó la denuncia. Así, le impidió obtener datos sobre la causa y eventualmente, apelar.

El segundo, es que sí aceptó como perito de parte a Víctor Manzanares, el contador del sospechado Kirchner. Muchos interpretaron esta decisión como un anticipo del sobreseimiento. De otra manera, no se entendería como el juez podría autorizar como perito de parte al profesional que habría ayudado al ex presidente a cometer el supuesto delito. Es más: si Oyarbide hubiera prestado atención a la denuncia de Ricardo Monners Sans, habría confirmado que Manzanares fue ayudado a "corregir las inconsistencias conceptuales" de la declaración jurada de su cliente, por tres altos directivos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que viajaron desde Buenos Aires hasta Río Gallegos especialmente para eso, el martes 23 de abril de 2009. Monners Sans se presentó en los tribunales después de leer la denuncia en El Dueño . Eso fue el 7 de noviembre pasado, y todavía nadie la desmintió.

El tercer dato que prueba que Oyarbide nunca tuvo voluntad de investigar el incremento patrimonial del matrimonio presidencial es que al mismo tiempo que convalidó a Manzanares rechazó como perito a Alfredo Popritkin, uno de los auditores contables más experimentados y prestigiosos de la Argentina. Es decir: todo lo contrario de lo que representa el cuerpo de peritos contables de la Corte Suprema, cuyos miembros decretaron que el enriquecimiento de Kirchner de 2007 a 2008 estaba plenamente justificado.

El ex presidente se quejó por las críticas que generó su polémico y urgente sobreseimiento. Dijo que no podía ser que sólo se aplaudieran los fallos que le gustan a la oposición. Pero el verdadero problema no es el fallo. El problema es que los peritos se limitaron a legitimar la declaración jurada de Kirchner sin el mínimo respaldo documental. Y, además, sin tomar ninguna declaración testimonial para confirmar o desmentir lo que el ex mandatario juró que posee.

La primera vez que Kirchner fue denunciado por enriquecimiento ilícito fue durante 2004. La investigación se "cayó" porque el entonces fiscal de la causa, Eduardo Taiano, entendió que el entonces presidente no merecía ser "imputado". Pocas horas antes de semejante decisión, el hijo de Taiano sufrió un secuestro exprés. El fiscal se asustó, y el juez Julián Ercolini sobreseyó al jefe del Estado. Ercolini se cuidó de aclarar que el período investigado llegaba hasta 2004. Es decir: dejó el camino expedito para nuevas denuncias.

Monners Sanz la hizo. Pidió que investigaran a Kirchner por la sospechosa multiplicación de su fortuna entre 2006 y 2007. El fiscal Taiano tuvo así su segunda gran oportunidad. Pero, una vez más, no encontró méritos suficientes para seguir investigando. El juez de esta causa es Rodolfo Canicoba Corral.

Canicoba encontró en el dictamen de Taiano la excusa perfecta. El 11 de abril de 2008 escribió que le era imposible avanzar en el juicio porque su fiscal no había encontrado los elementos suficientes para hacerlo. Cinco días después, Manuel Garrido, el fiscal de Investigaciones Administrativas, que había impulsado la acción de Monners Sans, se indignó y presentó un recurso de apelación para que no se desestimara la denuncia contra Kirchner.

La queja de Garrido contra Taiano y Canicoba fue muy potente. Calificó la desestimación de "prematura e irrazonable". Los acusó de haber dado por fehacientes las declaraciones de Kirchner y Manzanares sin cruzar datos ni investigar lo mínimo. También informó que faltaba el número de CUIT de Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez. Explicó que los comprobantes de órdenes de pago emitidos por Juan Carlos Relats, el hombre que le paga el alquiler del hotel Los Sauces a Kirchner, carecían de datos básicos como la modalidad de pago. Denunció que el ex presidente no había presentado las escrituras de compra y venta de inmuebles, ni los comprobantes de las transacciones bancarias, ni de las rentas por inversiones y los pagos de los alquiles de los inmuebles. Garrido, además, libró una serie de oficios a Santa Cruz para corroborar datos dudosos de la declaración jurada de Kirchner.

Los datos no llegaron, pero de inmediato Esteban Righi, procurador general, limitó las funciones de la Fiscalía y ató de pies y manos al investigador. Garrido renunció meses después y se declaró agotado de luchar frente a la corrupción porque los delincuentes gozaban de la protección del poder. De cualquier modo, su persistencia y un dictamen de los jueces de la Cámara Federal hicieron que la causa permaneciera abierta, suspendida, a la espera de que el fiscal o el juez decidan reactivarla.

No hay que ser experto en auditorías contables para concluir que la pericia en la que se basó Oyarbide para sobreseer a Kirchner está "contaminada" por la misma falta de celo para investigar y el mismo apuro que habrían mostrado Taiano y Canicoba.

El fiscal Taiano tiene tiempo hasta hoy, Día de los Inocentes, a las 9.30 de la mañana, para apelar el sobreseimiento dictado por Oyarbide y reclamar que no se cierre la causa. Los antecedentes parecen anticipar que la dejará caer, como lo hizo en otras oportunidades.

Quienes lo conocen afirman que el fiscal viviría mucho más tranquilo si el destino no lo hubiera colocado en la misma encrucijada.

Fuente: Opinión ¿Un nuevo regalo para los Kirchner en el Día de los Inocentes?, por Luis Majul - La Nación - 27/12/09
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10/12/09


EL INFORME
Argentina: Comienza la batalla entre los Kirchner y el Congreso

Hoy comienza a funcionar en Argentina la nueva Cámara de Diputados en la que una heterogénea oposición tiene mayoría y domina las principales comisiones de control. Pero Cristina y Néstor Kirchner poseen armas para contrarrestar esta aparente superioridad de sus rivales: el veto presidencial y su capacidad para atraer a los diputados opositores más cercanos al kirchnerismo.

La batalla entre el ejecutivo y el legislativo vivirá hoy su segundo capítulo tras la sesión del pasado jueves en la que la oposición arrebató a los Kirchner una importante porción de poder.
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Ofensiva anticorrupción

La oposición se ha puesto como objetivo revisar la gestión de los Kirchner e investigar los presuntos actos de corrupción ocurridos desde 2003. Pondrá su atención en investigar la actuación del Ministro de Planificación, Julio De Vido, en el tema de la concesión de obras públicas, en los fondos de las obras sociales, el reparto de los subsidios y los casos de enriquecimiento ilícito.

Francisco de Narváez incluso ha llegado a decir que no descarta "para nada que se tenga por vía de la Justicia una prueba o una sentencia y esto puede abrir el juicio político a la Presidenta. Este Gobierno está plagado de corrupción". El nuevo líder de la UCR, Ernesto Sanz, abundó en lo mismo: "esto de la comisión para investigar hechos de corrupción me parece que es necesario e interesante porque en la Argentina hay una falencia de la Justicia Penal Federal no solo desde ahora"

La oposición quiere promover asimismo leyes para reformar el Indec, el Consejo de la Magistratura y coparticipar el impuesto al cheque a las provincias, la mayoría de ellas endeudadas y empobrecidas. En otros temas, los diputados opositores tienen serias diferencias como en la ley medios audiovisuales y las retenciones a la soja.

Todos los bloques opositores coinciden en impulsar una reforma a fondo del INDEC para evitar manipulaciones en el cálculo de la inflación, hacer cambios en el Consejo de la Magistratura para impedir el "poder de veto" que ejerce el gobierno en la selección y sustitución de jueces.
La oposición quiere también regular el acceso a la información y modificar el actual reparto en la ley del cheque del cual sólo el 15 % va a las provincias.
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Las armas de los Kirchner

Los Kirchner han sufrido una derrota pero no están ni mucho menos hundidos e inmovilizados. El gobierno de Cristina Kirchner buscará mantener el control de las comisiones de control de la Cámara de Diputados y utilizará el veto presidencial para bloquear las leyes que la oposición apruebe sin el apoyo del oficialismo.

Como aseguraba el analista Fernando Laborda en el diario La Nación, "la estrategia de Néstor Kirchner puede resumirse de esta manera: 1) Hacerse fuerte en el Senado, donde la paridad de fuerzas es mucho mayor. 2) Cooptar o seducir al mayor número posible de legisladores de la oposición, forzando diferencias entre ellos".

Además para Laborda "si esta estrategia no da resultado, las opciones que maneja el kirchnerismo pasan por desactivar al máximo el Congreso o recurrir al veto, un arma constitucional que terminaría con cualquier pretensión legislativa de la oposición, pero a un costo político demasiado grande para el oficialismo y también para el país, que vería descender notablemente la producción legislativa".

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ya lo adelantó cuando dijo que "si no estamos de acuerdo, volverán al Congreso para su revisión o para su archivo". El veto presidencial es un arma formidable ya que la Cámara de Diputados sólo puede echarlo para atrás con dos tercios de los votos en ambas cámaras, una mayoría difícil de alcanzar dada la heterogeneidad de la oposición.

Por eso, las fuerzas antikirchneristas han respondido con dureza a la posibilidad de que el ejecutivo utilice el veto. El jefe del bloque de diputados de la UCR, Óscar Aguad, advirtió que si la presidenta Cristina Kirchner "utiliza el veto sistemático se encontrará con la gente en la calle". Incluso Graciela Camaño, hasta hace poco cercana al kirchnerismo, ha asegurado que "el Ejecutivo lo tendrá que explicar a la sociedad (si utiliza el veto). Y ojo que pueden volver a sonar las cacerolas de la protesta como en 2001".

También Felipe Solá abundó en este tema: "cuando llegue el momento, si se acumularan los vetos, entonces sí tendríamos una protesta popular seguro, porque tenemos un Gobierno que gobierna sobre una base de falta de legitimidad, y en general la sucesión de vetos es ilegítima".
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El arsenal kirchnerista

La Casa Rosada tiene otras armas además del veto. Espera que la Cámara no vuelva a reunirse hasta marzo de 2010, cuando comienza el año parlamentario y controlar el Senado en febrero para frenar las iniciativas que salgan de la Cámara de Diputados.

En el Senado el bloque kirchnerista cuenta con 35 senadores, entre senadores propios y aliados. La UCR tiene 18 y el interbloque federal (PJ disidente y provinciales) 14. Además, hay 2 senadores que apoyan a Luis Juez, líder antikirchnerista de Córdoba, un socialista, una cívica y un ex cívico. Toda la oposición representa 37 senadores, dos más que los kirchneristas.
Julio Cobos

La incógnita son los senadores del peronismo pampeano, Rubén Verna y María Higonet que formaron bloque independiente. Sin esos dos votos, el kirchnerismo quedaría en minoría. Si consigue sumarlos el oficialismo llegará a 37 y entonces Julio Cobos, como presidente que es del Senado, tendría que volver a utilizar su voto para desempatar.

Los esfuerzos del oficialismo en el Senado, que lidera Miguel Pichetto, se centran en quesus tradicionales aliados -los fueguinos José Martínez y Rosa Díaz, ex ARI, Horacio Lores del Movimiento Popular Neuquino y los dos senadores del PJ disidente de La Pampa, María Higonet y Carlos Verna voten unidos al kirchnerismo.

Por último, el gobierno de Cristina Kirchner tiene dos cartas más para mantener su poder e inicitiva: los Decretos de Necesidad y Urgencia y los superpoderes que el legislativo le concedió hace unas semanas hasta 2011.
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Dividir a la oposición

Néstor Kirchner y la Casa Rosada aspiran también a no perder la iniciativa política, y atraer apoyos entre la izquierda con proyectos como la reforma del régimen de entidades financieras o la nacionalización de hidrocarburos. El kirchnerismo cree que sectores del peronismo disidente como Graciela Camaño y de la izquierda como Pino Solanas, Eduardo Macaluse, Claudio Lozano, e incluso el socialismo pueden, puntualmente, romper su alianza con la oposición y votar tanto en las comisiones como en la Cámara, unidos al oficialismo.

La unidad de la oposición es muy precaria. Esos 140 diputados opositores están repartidos en 12 grupos parlamentarios distintos. Las diferencias ideológicas son grandes pues conviven sectores de izquierda (socialistas y seguidores de Elisa Carrió) con grupos de centroderecha como el PRO de Mauricio Macri o los peronistas disidentes de Felipe Solá y Francisco de Narváez. Además, Solá, De Narváez y Macri mantienen una alianza meramente coyuntural y la confianza mutua es escasa. En medio de estos grupos está la UCR, la fuerza política más cohesionada y numerosa.
De Narváez, Macri y Solá

Además de diferencias ideológicas, existen diferencias en torno a cuál debe ser la relación con los Kirchner. Están los halcones (oposición radical al kirchnerismo) y las palomas (más dispuestos a pactar con el gobierno). Entre los halcones sobresalen Felipe Solá y Elisa Carrió. Entre las palomas están sobre todo los peronistas disidentes que hasta hace poco eran aliados de los Kirchner (Graciela Camaño) y la izquierda.

Por eso, el kirchnerismo lanzará sus redes sobre el grupo que lidera Graciela Camaño en donde están los diputados por Chubut que siguen las indicaciones del gobernador Mario Das Neves, quien quiere ser candidato presidencial en 2011.

Pero lo que realmente divide a la oposición son esas aspiraciones presidenciales para 2011. Hay seis probables precandidatos en la oposición: Elisa Carrió, Julio Cobos, Felipe Solá, Hermes Binner, Mauricio Macri, Fernando Pino Solanas. Todos ellos tienen sus agendas y sus intereses que entrarán en colisión a medida que se acerquen las presidenciales.
Elisa Carrió

Como aseguraba en el diario La Nación el analista Carlos Pagni: "la Argentina está partida por un conflicto entre la izquierda y la derecha que llevará a la oposición a la ruptura. Pero en el conglomerado de la oposición existe una grieta menos visible y, acaso, más operativa. No deriva de una contradicción ideológica, sino de las conveniencias con que especula cada grupo cuando analiza la carrera presidencial de 2011. Esta divergencia separa a los peronistas disidentes de Felipe Solá y Graciela Camaño del no peronismo de Oscar Aguad (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica)".

De ahí que Elisa Carrió haya llamado a la unidad opositora: "tenemos que estar todos unidos en el Parlamento para construir un bloque opositor que no se divida en el Congreso. La oposición se tiene que ir uniendo por los temas en los que hay acuerdos y no dividirse: hoy lo más importante son los acuerdos parlamentarios".

El heterogéneo espectro opositor
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La UCR, el Peronismo Federal, la Coalición Cívica y Pro lideran la ofensiva opositora pero solos no tienen la mayoría en la Cámara de Diputados. Necesitan a los bloques de centroizquierda, que no se sienten cómodos aliados con partidos de centroderecha. Son pocos, no llegan a 30 diputados, pero poseen la llave para conseguir el quórum para iniciar las sesiones y aprobar las iniciativas de la Cámara de Diputados.

Las fuerzas opositoras alcanzaron el pasado jueves 142 diputados pero se distribuyen así. 108 pueden considerarse claramente antikirchneristas: 44 diputados pertenecen a la UCR, 29 al peronismo disidente de Solá y De Narváez, 13 al PRO de Macri, 19 a la Coalición Cívica de Carrió y 3 al Frente Cívico del cordobés de Luis Juez.
Felipe Solá

Donde Néstor Kirchner puede encontrar apoyos es en el espectro de los grupos de izquierda: hay otros 23 diputados distribuidos así: el GEN de Margarita Stolbizer con 5 diputados, los kirchneristas disidentes de Graciela Camaño con 6, los socialistas también con 6 y varios bloques unipersonales provinciales que suman 6.

A ellos hay que sumarle los diputados de izquierda que suman 11. El SI de Eduardo Macaluse con 3, los Libres del Sur 2, Miguel Bonasso con 1 y Proyecto Sur de Fernando Pino Solanas con 5.

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Opinión: ¿Dominará la oposición el Congreso?
Por Fernando Laborda


Pese a la dura derrota que sufrió el kirchnerismo en la reciente sesión preparatoria de la nueva Cámara de Diputados de la Nación, sería más que aventurado pronosticar que una oposición unida dominará de ahora en más el Congreso.

A lo sumo, sí podríamos afirmar algo concreto: el Poder Legislativo dejará de ser una mera caja registradora de las iniciativas de la Casa Rosada. A partir de ahora, al oficialismo le costará muchísimo sancionar leyes, al tiempo que a los legisladores de la oposición también les demandará demasiado esfuerzo aprobar sus proyectos.

El futuro del Poder Legislativo dependerá en primer término, desde este 10 de diciembre, del nivel de conflicto y del grado de fragmentación de los bloques opositores en la Cámara de Diputados.

El segundo factor que condicionará el porvenir de la Cámara baja será el grado de coincidencias y disidencias internas dentro de cada sector político en que se divide la oposición; por ejemplo, entre alfonsinistas y cobistas, o entre macristas y felipistas.

Claro que, al margen de lo que haga la oposición con su mayor número de diputados, será clave lo que haga el oficialismo.

La estrategia de Néstor Kirchner puede resumirse de esta manera:

1) Hacerse fuerte en el Senado, donde la paridad de fuerzas es mucho mayor.

2) Cooptar o seducir al mayor número posible de legisladores de la oposición, forzando diferencias entre ellos.

Si esta estrategia no da resultado, las opciones que maneja el kirchnerismo pasan por desactivar al máximo el Congreso o recurrir al veto, un arma constitucional que terminaría con cualquier pretensión legislativa de la oposición, pero a un costo político demasiado grande para el oficialismo y también para el país, que vería descender notablemente la producción legislativa.

Fuente: Opinión: ¿Dominará la oposición el Congreso?, por Fernando Laborda - La Nación - 8/12/09
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Kirchner divide a la oposición: muchos lo necesitan con vida
Carlos Pagni

El aparato de comunicación del oficialismo trabaja en estos días para demostrar que el arco opositor que el jueves derrotó a Néstor Kirchner en la Cámara de Diputados carece de la cohesión necesaria para acorralar al Gobierno e imponer un rumbo a la política. Despectivo como de costumbre, Aníbal Fernández dijo que se trató de "un rejunte". Más refinada, la centroizquierda filokirchnerista de Martín Sabbatella prefirió hostigar a "Pino" Solanas preguntándole por qué votaba con el macrismo. Esta presentación supone que la Argentina está partida por un conflicto entre la izquierda y la derecha que llevará a la oposición a la ruptura.
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Pero en el conglomerado de la oposición existe una grieta menos visible y, acaso, más operativa. No deriva de una contradicción ideológica, sino de las conveniencias con que especula cada grupo cuando analiza la carrera presidencial de 2011. Esta divergencia separa a los peronistas disidentes de Felipe Solá y Graciela Camaño del no peronismo de Oscar Aguad (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica). Sometidos a Kirchner, los peronistas están en el peor de los mundos. Sencillo: la persona que más determina su vida interna es, al mismo tiempo, la menos apreciada por la sociedad. Es casi inevitable que esa ecuación conduzca a una derrota. En el PJ necesitan que se precipite una renovación, para disputar la Presidencia con un candidato competitivo. Puede ser Carlos Reutemann, Felipe Solá o Francisco de Narváez. Cualquiera, menos el desprestigiado esposo de la Presidenta.

En cambio, al vicepresidente Julio Cobos, o al flamante presidente de la UCR, Ernesto Sanz, igual que a Carrió o a Hermes Binner, nada le puede parecer más provechoso que enfrentar a alguien que, como el santacruceño, no registra más que el 20% de aceptación en las encuestas.
Aunque de orden táctico, esta discrepancia es, en la política de estos días, tan crucial como la brecha ideológica. Separa al Acuerdo Cívico y Social del PJ disidente.

La contradicción podría quedar expuesta en el escenario fiscal, que es donde el peronismo libra su batalla interna, secreta, con Kirchner. Es casi conmovedor asistir a las contorsiones con las que gobernadores e intendentes peronistas intentan, como escapistas de circo, liberarse de él. Esas operaciones son vanas cuando se llega al último grillete: los giros de dinero desde el poder central. El santacruceño sabe de memoria que la caja es el único factor de sometimiento que le queda, si es que quiere evitar que los dirigentes de su partido corran en masa detrás de un candidato que les permita retener el poder.

No debe sorprender, entonces, que cuando a Solá se le pregunta cuál es su principal objetivo parlamentario en la etapa que se inaugurará el próximo 10, conteste: "Discutir el reparto de fondos Nación-provincias para emancipar a los gobernadores de Kirchner". Graciela Camaño, en cuyo bloque se integraron los delegados de Mario Das Neves (Chubut) y José Manuel de la Sota (Córdoba), dice lo mismo. Solá y Camaño mantuvieron una larga charla el jueves pasado por la mañana. También participó Eduardo Duhalde, aunque por casualidad: llamó desde Roma para informarse sobre la peripecia parlamentaria de ese día. Es el mismo Duhalde que, después de la derrota electoral del 28 de junio, le dijo a Daniel Scioli: "Si querés sumarte a nosotros, emití patacones. Es la única forma de que te liberes. Es la única forma de que nos sirvas". El caso de Scioli es paradigmático: el año que viene necesita US$ 3000 millones para no quebrar.

Camaño se propuso integrar a su grupo, como asesor senior, a Jorge Sarghini, que dejará de ser diputado. Se trata, acaso, del mejor experto en federalismo fiscal con que contó la Cámara hasta ahora. Sarghini promovió durante los últimos meses la coparticipación del impuesto al cheque, y también que las provincias se apropiaran, en la confección del presupuesto, de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) que el Ministerio del Interior no ha repartido en los últimos años.

Estos peronistas disidentes conversan con los mortificados gobernadores. El de Salta, Juan Manuel Urtubey, comenzó a proponer que los recursos que hoy maneja a su arbitrio la Nación, se giren a las provincias según un índice de reparto automático. No debería extrañar que Urtubey, Jorge Capitanich (Chaco), Sergio Urribarri (Entre Ríos) o José Luis Gioja (San Juan), encontraran en el PJ díscolo al comando que los desate de la cadena fiscal.

Sin embargo, la emancipación podría encontrar un límite tácito, impreciso. ¿Cuál es el incentivo electoral para que los "cívicos" de Aguad o de Carrió faciliten la renovación que se desencadenaría en el PJ, si Kirchner pierde la caja? ¿Por qué Sanz, que puede aspirar con ventaja a la gobernación de Mendoza, va a fortalecer al peronismo de esa provincia librándolo del estima kirchnerista? La misma pregunta vale para Aguad, que tiene a Córdoba al alcance de la mano. O para Gerardo Morales, en Jujuy. Ellos deberán resolver el dilema entre sus intereses electorales y los compromisos retóricos asumidos con el federalismo fiscal, al que varios expertos de la UCR dedicaron más de un trabajo y por el que también claman los gobernadores del partido.

El avasallamiento de las autonomías provinciales es una clave de bóveda de la Argentina electoral. El kirchnerismo lo sabe, y por eso reclamó la presidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda. La Casa Rosada quedó a dos votos de controlar la mayoría de ese reducto estratégico. Será decisiva, entonces, la alianza con "compañeros de ruta" como Carlos Heller o Sabbatella, quienes se reencuentran después de haber compartido la misma fe comunista (es imposible comprender los alineamientos actuales de la izquierda sin advertir cómo ha reverdecido, al calor de los Kirchner, el Partido Comunista).

De todos modos, la ley del cheque o las retenciones a la soja son los ejemplos que primero menciona el jefe de la bancada oficial, Agustín Rossi, cuando se le pregunta en qué casos cabría esperar vetos de la Presidenta. El dispositivo retórico de esa operación es conocido: se acusará al Congreso, "donde ganó la derecha", de querer voltear a un gobierno que se identifica, gracias a las retenciones, con la distribución del ingreso. Una música aprendida, a los apurones, en Honduras.

La estrategia electoral condiciona otros aspectos de la puja política. La oposición será, sin duda, consecuente con la agenda de leyes que aspiran a un mayor control sobre el Ejecutivo. "Más importante que liberar a los gobernadores es liberar a los jueces" se le escuchó decir a un alto dirigente radical. Se refería a la restauración del equilibrio en el Consejo de la Magistratura. También alrededor del saneamiento del Indec puede construirse una mayoría homogénea.

Otros objetivos, en cambio, amenazan con aislar al peronismo disidente del resto de la oposición. Por ejemplo, el juicio político a la Presidenta, insinuado ayer por Francisco de Narváez. La eventualidad de un final abrupto es un factor de discordia entre los socios del jueves pasado. El radicalismo y la Coalición Cívica están en condiciones de administrar la crisis del PJ y favorecer la candidatura del esposo de la Presidenta. Una ilusión maquiavélica, como diría Emilio Hardoy, que no siempre funciona. Que lo digan, si no, los alfonsinistas, que a fines de los años 80 alimentaban a Carlos Menem, suponiendo que se le ganaba más fácil que a Antonio Cafiero.

Más allá de las hipótesis, parece haber una lógica de hierro. El peronismo necesita, antes de 2011, de cualquier modo, ganarle a Kirchner. Los radicales y Carrió pretenden, en cambio, ganarle al peronismo. Ese sueño los convierte, llegado el caso, en involuntarios socios de Kirchner.

Fuente: Kirchner divide a la oposición: muchos lo necesitan con vida, por Carlos Pagni - La Nación - 7/12/09
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1/12/09

Amenaza de golpe contra el Congreso
Joaquín Morales Solá

Néstor Kirchner se bajó del avión presidencial a última hora. No acompañó a Cristina al Vaticano, como estaba previsto en todos los programas. Un par de días antes de la deserción ante el Papa, el ex presidente decidió hablarles a los intelectuales kirchneristas de Carta Abierta. En ese compadreo entre incondicionales, maltrató primero al periodismo (que ya es para él como la oración diaria para los que tienen fe) y luego se ocupó, enfurecido y desafiante, del problema nuevo que descubrió con precisión: el Congreso.

Que nos echen de todas las comisiones , bramó, y provocó: Nosotros tendremos al pueblo en la calle. Fue la amenaza más directa y brutal que recibió el Poder Legislativo desde que Menem insinuó su cierre temporal en la década del noventa.

Desde hace casi dos años, el Gobierno viene denunciando supuestas conspiraciones destituyentes. Sin embargo, nadie fue tan explícito contra la administración kirchnerista como Kirchner lo fue contra el Congreso. Enfrentar la decisión de los legisladores con las turbulencias de manifestaciones callejeras sería un claro intento de desestabilización de la institución parlamentaria. Amedrentó a los nuevos legisladores antes de que éstos asumieran.

La primera conclusión es que Kirchner tomó nota de que la oposición fue capaz, hasta ahora, de enhebrar acuerdos que le sacarían al Gobierno el control de las cruciales comisiones legislativas. Por eso aludió a esas comisiones en el momento más vibrante y tenso de su monólogo ante los fieles. Kirchner no se puede ir de Buenos Aires ni un solo día, aceptó un funcionario cuando se enteró de la ofensiva opositora.

La segunda conclusión consiste en establecer que el matrimonio presidencial no está ya en condiciones de llenar calles ni atajos. Podría contar, eso sí, con la movilización de los pocos sindicatos que le quedan y con la atemorizante presencia de los grupos de choque formados por los viejos piqueteros y por las nuevas barras bravas kirchneristas del fútbol subsidiado. Ahora se sabe, al fin y al cabo, por qué Kirchner nunca quiso deshacer esos grupos y prefirió siempre "aliarse con los malos", con el argumento de convertirlos en buenos. La alianza existió y existe; la conversión, no.

Semejante escenario sería como jugar con fuego cerca de la pólvora. ¿Cuánto tiempo durará la paciencia de una sociedad ya magullada por la violencia del espacio público y por la agresividad del discurso político? ¿Cuánto, si el kirchnerismo enviara a sus ejércitos propios a desestabilizar el Congreso? ¿No estaría así empujando ese instante imprevisible en el que un hecho fortuito termina por cambiar el ecosistema político? Escuchar a Kirchner es casi una lección práctica de las secuelas del aislamiento y de los descarríos de la imprudencia.

Es, al mismo tiempo, un final de fiesta y la antesala de un desierto definitivo. Kirchner no tiene retorno. Las cuatro encuestadoras más serias y prestigiosas del país han terminado mediciones que indican que los dos Kirchner perforaron el piso de los 20 puntos de imagen positiva en el país y ya están en sólo 18 puntos. Se trata sólo del carozo de cualquier caudal político. Y es, también, una tragedia política para los líderes de una administración que todavía debe gobernar dos años más. La imagen negativa de los Kirchner tiene un piso del 55 por ciento, pero podría llegar a cerca del 70 por ciento si se prorrateara la imagen regular.

Una novedad inesperada: gobernadores otrora populares ven derrumbarse sus propios índices de simpatía sólo por el acercamiento a los Kirchner. Un ejemplo: el caso de José Luis Gioja, en San Juan.

Otro dato es aún peor. La sociedad está pesimista. Un 75 por ciento de los encuestados cree que el país "está mal". Más del 50 por ciento está seguro de que las cosas serán todavía peores en la Argentina. Este dato es significativo, porque las sociedades y las personas tienden, por lo general, a ser optimistas con respecto al futuro. Los resultados sobre el estado social, más que los de la imagen de los Kirchner, son potencialmente peligrosos para el destino de la tranquilidad pública.

Como los herederos que despilfarran fortunas antes de llegar a viejos, los Kirchner decidieron darse todos los gustos en vida. Una ironía de la historia fue que durante el gobierno de Cristina Kirchner se haya prorrogado la emergencia económica hasta el final de su mandato. La entonces senadora Kirchner votó en contra de las prórrogas de esa emergencia aún durante el gobierno de su esposo; entonces aducía que ya era hora de que el Congreso volviera a tener el rol constitucional que le corresponde y que ninguna emergencia era justificable para un gobierno que se ufanaba de haber normalizado la economía.

Los hechos de la última semana borraron esas viejas palabras. Tal rectificación podría justificarse en el drama personal de la Presidenta. Según los análisis más serios de las perspectivas económicas, la Argentina crecerá el año próximo sólo con los mismos porcentajes que retrocedió durante 2009. Cristina Kirchner llegará a 2011 con el mismo tamaño económico del país que recibió. Un mandato perdido.

No es lo único que han hecho. Salvo que algo contundente se interponga, los Kirchner intervendrán Papel Prensa, la empresa que abastece de papel a una enorme mayoría de diarios argentinos. ¿Las razones? No hay ninguna. Guillermo Moreno le entregó al ex presidente de la Comisión Nacional de Valores Eduardo Hecker el borrador de la resolución para que éste procediera a la intervención de la empresa.

No hay razones para eso , le contestó Hecker. Quiero sacar a los diarios de Papel Prensa , le respondió Moreno, aludiendo a La Nacion y Clarín. La República tiene métodos para eso , le replicó Hecker. Hay que mandar al Congreso un proyecto de ley de expropiación. Y una vez aprobado, habrá que pagarles a los dueños lo que cuesta la empresa, le explicó. Hecker no estaba inventando nada nuevo: es lo que, después de todo, hace Chávez en Venezuela cuando se queda con empresas privadas.

Hecker le contó ese diálogo a Amado Boudou, que estuvo de acuerdo con él. Un día después, el ministro de Economía se subió a la ofensiva contra Papel Prensa sólo para no quedar atrás de Moreno. En su lucha por ser más fanático que el fanático Moreno, Boudou es capaz de asumir hasta la autoría de un crimen. Hecker se fue. Lo siguió después el jefe de la Sindicatura General de la Nación, Carlos Pacios, por los mismos motivos.

Moreno presionó seriamente también sobre la Bolsa de Comercio, cuyo titular, Adelmo Gabbi, sacó el reglamento y envió una inspección rutinaria a Papel Prensa, que no encontró nada irregular. ¿Se hace todo eso sólo para frenar la intensa marcha a mitad de camino? No. Ya es intolerable que Papel Prensa tenga que dar explicaciones que no necesita dar.

Kirchner es peor cuando está asustado. La oposición no kirchnerista dio algunos pasos en el buen sentido. Tomó la iniciativa en el Congreso y se mostró unida. No obstante, el ritmo imperioso y arbitrario de Kirchner está necesitando también de una Comisión de Enlace de los principales dirigentes opositores. ¿Podrán hacerlo cuando todavía prevalecen entre algunos el agravio y la ofensa?

Las instituciones (el Congreso y el periodismo libre, entre ellas) están en riesgo. La oposición calla demasiado sobre los cotidianos martirios de la prensa. Esos líderes opositores deberían aparcar las ambiciones políticas y los rencores personales. Deberían, en última instancia, dejar de lado las inexplicables agresiones entre ellos compitiendo por un destino que nadie ve. Deberían hacerlo antes de que el país se quede hasta sin diarios.

Fuente: Amenaza de golpe contra el Congreso, Por Joaquín Morales Solá - La Nación - 29/11/09

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18/11/09

¿Se enseña en la Argentina la historia real del país?
.Crisis pregunta, "Crisis", diciembre de 1973.
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Fusilamiento de Dorrego

La enseñanza de la historia plantea problemas que trascienden el campo historiográfico. Con ella se asumen una explicación de las transformaciones que se producen en la sociedad, un proyecto nacional, una identidad, un pasado y también una exploración, comprometida o no, de las contradicciones de nuestra realidad concreta. Esto explica, sobre todo en los países del Tercer Mundo, donde hasta la conciencia histórica es objeto de presión, la necesidad de una discusión y una revisión permanentes. Discusión y revisión que no son un agregado ilícito, sino parte fundamental de la misma historia.

En este momento, en el cual la polémica se acentúa, en que comienza, bajo el signo de la rehabilitación de Rosas y los caudillos, el replanteo de la enseñanza de la historia en nuestro país Crisis ha realizado esta encuesta, a cargo de Inés Prat, con el objetivo de participar también de este proceso.

(...)

Félix Luna

"¿Cómo prescindir de los mitos?"

La historia que se enseña en los colegios secundarios es, en líneas generales, demasiado simplista y elemental y demasiado atenida a los cánones académicos.

Esto no es una novedad: se ha dicho muchas veces y se ha caricaturizado el clásico "Grosso chico" como para agregar nada a ese juicio.

Lo que hay que establecer, si queremos adoptar una actitud positiva frente a este delicado problema de la enseñanza de la historia, es cómo cambiar ese enfoque. Es indiscutible el apego a los mitos históricos, a los viejos tabúes ideológicos, al esquematismo de esa historiografía fundada por Mitre y López y puesta en marcha por las escuelas normales, los institutos oficiales de historia y la Academia. Pero a nivel de escuela primaria o colegio secundario, ¿cómo se cambia? ¿cómo interiorizar al alumno de la complejidad de las causalidades históricas? ¿cómo prescindir de los mitos cuando desde la más tierna infancia esos mitos forman parte de la conciencia individual?

La historia que nos legaron, aquella que nuestros padres sabían como artículo de fe, ha sido ahora totalmente revisada, es cierto; pero en una época fue útil porque debía insertarse formativamente a un país aluvional, poblado de inmigrantes y sus hijos, que estaban desconectados de las tradiciones nacionales. Entonces, esa historia simplificada y mitificada sirvió como un elemento integrador de la futura conciencia nacional. Pero sus falacias y mentiras la hicieron vulnerable. Ahora, la versión liberal de nuestro pasado hace agua por todos lados. Pero, ¿con qué se la reemplaza? ¿Acaso el revisionismo no está tan anquilosado y agotado como la propia versión liberal? En la medida que el revisionismo fue uno de los subproductos del nacionalismo vernáculo, no pudo establecer una propuesta coherente y totalizadora sino, solamente, rectificaciones parciales. Utilísimas y definitivas, pero parciales.

Pienso que poco a poco se está llevando a los niveles educacionales una propuesta historiográfica más madura y veraz. Lo están haciendo los profesionales jóvenes, que no se sienten comprometidos con ninguna de las posiciones antagónicas que en su momento chocaron y que ahora entregan sus aportes más positivos a una síntesis que tiene que llegar fatalmente. Hay que observar ese proceso: posiblemente dará sus frutos mucho antes de lo esperado y en un futuro no muy lejano los argentinos no tendrán que aguardar a salir de la secundaria para aprender una historia que los satisfaga.

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*Félix Luna (1925). Nació en Buenos Aires. Abogado, poeta, periodista, director de la revista Todo es historia .

Obra: Los caudillos, De Perón a Lanusse , El 45 , Yrigoyen , etc.

Fuente: Crisis pregunta, "Crisis", diciembre de 1973.
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6/11/09

Un sincero Adiós a Félix Luna, un grande de la Cultura.
Buenos Aires, 30/09/ 1925 - Buenos Aires, 5 /11/ 2009
La Historia sobre todo, te va a extrañar
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Murió Félix Luna
El historiador falleció a los 84 años; fue un pionero en contar la historia en lenguaje sencillo; hace dos días había sido distinguido por la Legislatura; estaba internado hacía varios meses
Lilita y la APDH
CARRIÓ. Tras la polémica con los organismos de Derechos Humanos, el Gobierno la acusa de haberse "derechizado".
Por James Neilson

Puesto que la mejor forma de alentar a los proclives a pisotear los Derechos Humanos consiste en politizar el tema, y de este modo hacer pensar que sólo se trata de un arma en manos de una facción determinada, los jerarcas de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) cometieron un error muy grave cuando, por unanimidad, optaron por expulsar a Elisa Carrió de su organización por oponerse apasionadamente a la extracción compulsiva de ADN. Según la diputada electa, la única razón por la que Néstor Kirchner está impulsando una ley en tal sentido es que cree que serviría para arruinarle la vida a la anciana directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, motivo por el que quiere que el Congreso le dé el visto bueno cuanto antes. Y para que no quedaran dudas en cuanto a las connotaciones políticas de la decisión, un copresidente de la APDH, el obispo metodista Aldo Etchegoyen, procuró reivindicarla informándonos que Carrió, luego de tener un discurso que a su juicio era “relativamente progresista”, giró “hacia el centro y en los últimos tiempos tiene un discurso francamente de derecha”. Dicho de otro modo, para quienes encabezan la APDH, una de las pocas organizaciones que se esforzaron por defender valores civilizados en una década, la de los setenta, que estuvo caracterizada por la barbarie triunfante, el tema tiene que ser un monopolio de la izquierda.

En vista de que a través de los años comunistas de distintos pelajes se las han arreglado para asesinar a por lo menos cien millones de personas, además de despojar, torturar o encarcelar a muchísimas más, la pretensión del reverendo y quienes piensan como él es tan absurda como hipócrita. En la atroz competencia genocida entre los colectivistas de izquierda y los de lo que suele considerarse la derecha, como los socialistas nacionales de Adolf Hitler, los primeros ganan por un margen de aproximadamente dos a uno. Pero aunque a esta altura casi todos coinciden en que los asesinos derechistas deberían pagar por lo que hicieron sesenta años atrás, de ahí las detenciones bien publicitadas de nazis nonagenarios que siguen produciéndose, muy pocos tienen interés en asegurar que sus muchos equivalentes izquierdistas compartan el mismo destino. Como el novelista alemán Günter Grass descubrió al publicarse su autobiografía, el haber sido un miembro –al parecer uno inocuo– de las SS hitlerianas era imperdonable; de haber sido un ex miembro de la KGB soviética, digamos, como el actual primer ministro ruso Vladimir Putin, pocos lo hubieran criticado.

La discriminación así supuesta no sólo es injusta. También es peligrosa. De consolidarse la convicción de que una banda de ideólogos y oportunistas, entre ellos los Kirchner, se han apropiado de una causa que debería trascender las diferencias sectarias porque lo que importa no son las teorías políticas preferidas por los culpables de crímenes de lesa humanidad sino lo que efectivamente han hecho, la mayoría reaccionará con indiferencia ante denuncias que merezcan tomarse muy en serio. Es lo que sucedió en la Argentina entre 1976 y 1982. La dictadura militar se defendía –con éxito hasta que la derrota en el Atlántico Sur la desprestigiara definitivamente– contra quienes denunciaban su salvajismo acusándolos de ser izquierdistas afines a regímenes tan célebres por su ternura hacia los que pensaban distinto como el soviético y el cubano, de suerte que sólo se trataba de propaganda. Al fin y al cabo, los argentinos eran derechos y humanos, de modo que quienes protestaban eran enemigos de la Patria. En el caso, poco probable, por fortuna, de que el país caiga nuevamente en manos de una dictadura “de derecha”, esta podría repetir los mismos argumentos al señalar que en organizaciones como la APDH no hay lugar para centristas, liberales y, huelga decirlo, conservadores.

De todos modos, el episodio desagradable que protagonizó Carrió no parece haberla perjudicado, ya que, algunos fanatizados aparte, nadie soñaría con tomarla por una partidaria de la represión ilegal. Puede que haya exagerado al calificar de fascismo puro la extracción forzosa de ADN de adultos que se aseveran conformes con la identidad que tienen, pero de por sí no significa que esté a favor de lo que hicieron los militares con bebés nacidos en cautiverio, sólo que entiende que son espurios los motivos del Gobierno. Tampoco habrá afectado demasiado la reyerta a las Abuelas de Plaza de Mayo de Estela de Carlotto que están tratando incansablemente de encontrar a aquellos hijos de desaparecidos –dicen que hay 400– que aún no han sido identificados, lo que motiva su voluntad de hacer obligatoria la extracción de ADN. Todos comprenden el porqué del compromiso de las Abuelas, al igual que el de las Madres de aquella plaza emblemática, con una causa que para ellas es dolorosamente personal y por lo tanto propenden a atribuirles un grado de autoridad moral que se niega a otros.

¿Es bueno que eso haya ocurrido? En absoluto. El que deudos de las víctimas de la ola de represión más reciente se hayan erigido en los líderes de los organismos que según sus integrantes se dedican a la defensa de los Derechos Humanos nos dice mucho sobre la ambigüedad, cuando no la indiferencia, del resto de la sociedad. Es perfectamente natural que los familiares, en especial las madres, de los desaparecidos hayan desafiado a la dictadura. Incluso en la Unión Soviética mujeres como la gran poeta Anna Ajmátova se animaron a hacerlo. Sin embargo, en ningún lugar del mundo pueden incidir más en el accionar de un régimen brutal los gritos de las víctimas que el silencio de los demás. Para asegurar que una dictadura futura, trátese de “progresista” o “reaccionaria”, respete los derechos fundamentales de los habitantes del país, será necesario que haya un consenso muy amplio, y muy firme, de que pase lo que pasare ciertas reglas han de ser inviolables.

También es preocupante que aquí la mayoría de las agrupaciones de Derechos Humanos parezca estar obsesionada con los horrores perpetrados hace treinta años o más, sin manifestar demasiada preocupación por los abusos que suceden a diario en las cárceles y comisarías del país. Antes de la expulsión de la APDH de Lilita, el único político que había sido echado del club era Carlos Menem por haber indultado a militares y policías. Si bien fue una decisión sumamente polémica, Menem pudo argüir que a su juicio contribuiría a “pacificar” el país al permitirle alejarse de un período sanguinario en que militares, montoneros y muchos otros creían que, como decía Mao Tse-tung, el poder nace del fusil y actuaron en consecuencia. Pues bien: hace poco, los uruguayos votaron a favor de una ley de amnistía que exime de persecución judicial a los responsables de violar Derechos Humanos, mientras que el candidato oficialista, el ex guerrillero tupamaro José Mujica, afirmó que no le gusta para nada ver a “viejitos” –léase, generales y policías retirados– en la cárcel. La actitud asumida por Mujica, pues, tiene mucho en común con la de Menem, de modo que de acuerdo con la óptica de la APDH el uruguayo será un derechista execrable.

Sea como fuere, la izquierdización de los Derechos Humanos, por decirlo así, dista de ser un fenómeno limitado a la Argentina. En las fases finales de la Guerra Fría, los norteamericanos se dieron cuenta de que, bien manejada, la causa podría resultarles muy útil y, con la ayuda de disidentes en Rusia, la aprovecharan para desacreditar a la Unión Soviética. Una vez liquidado el “socialismo real”, empero, los voceros de tiranías tercermundistas y los contestatarios occidentales se apropiaron del tema, con el resultado de que organismos como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU siempre incluyen a representantes de países como Sudán y Cuba. Según tales autoridades en la materia, virtualmente el único gobierno que abuse de ellos de manera sistemática es el israelí. En cuanto a los crímenes rutinarios de lesa humanidad que se dan en todo el mundo musulmán, muchas organizaciones se han acostumbrado a pasarlos por alto, en parte por temor a ser acusadas de “islamofobia”, en parte por una forma de racismo ya que suponen que no serviría para nada criticar a gente de valores tan diferentes de los que en teoría al menos rigen en las democracias occidentales.

Si la experiencia nacional nos ha enseñado algo, esto es que minimizar la importancia de ciertos principios éticos, o de relativizarlos en nombre de la militancia sectaria imputándolos a corrientes políticas determinadas, abre las puertas a los dispuestos a secuestrar, torturar y matar por motivos ideológicos. En los años que precedieron al golpe militar de 1976, el grueso de la ciudadanía pareció aceptar como legítimos los métodos terroristas, ya que “la violencia de arriba genera la de abajo”; en los que lo sucedieron, pareció aceptar con la misma ecuanimidad los métodos de la dictadura por motivos diametralmente contrarios, achacándolos a la necesidad de terminar con “la violencia de abajo”. Es posible que en la actualidad algo similar esté ocurriendo; al intensificarse la brutalidad de delincuentes jóvenes, serán cada vez más los indignados por el “gatillo fácil” y cada vez más los que quieran “mano dura”. De ser así, sería de esperar que la APDH se sintiera constreñida a preocuparse por algo más cercano que una tragedia que ya forma parte de la historia del país.

Fuente: Opinión Tesis Lilita y la APDH CARRIÓ. Tras la polémica con los organismos de Derechos Humanos, el Gobierno la acusa de haberse "derechizado". Por James Neilson - Revista Noticias Nº 1715 (Noviembre)
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El análisis
Con la ley o por la fuerza
Por Joaquín Morales Solá

Ni un policía había recibido órdenes de impedir los desmanes. Nadie que representara a la autoridad laboral del Estado estaba cerca. Los ejércitos paralelos de Hugo Moyano se movían sin límites en la oscuridad de la noche. Lograron frenar la libre circulación de los dos principales diarios del país durante más de cinco horas.

El barrio de Barracas, donde están los respectivos talleres de LA NACION y de Clarín , se convirtió, de hecho, en una zona liberada por el Estado para que las fuerzas de choque del líder camionero actuaran a su antojo. La intensa y planificada acción se extendió también a tres importantes centros de distribución de diarios y revistas que están en el mismo barrio de la ciudad. Empezó así, anteanoche, un conflicto cuyo final no se percibe aún, pero que pone en serio riesgo la distribución de los diarios.

Le ha llegado al turno al periodismo gráfico. Moyano no es un satélite sin órbita. Ya varias veces había amenazado con boicotear la distribución de diarios pretextando uno de esos entreveros que él suele tener para arrebatarles afiliados a otros sindicatos. Es cierto que los diarios no son las únicas víctimas. ¿Qué tenían que ver los supermercados y los clientes de los supermercados con su pelea por acólitos con el mercantil Armando Cavalieri? ¿Qué tiene que ver el resto de los argentinos con sus peleas a tiros limpios con el líder de los trabajadores de la construcción, Gerardo Martínez, por los mismos motivos?

Moyano se va a quedar dentro de poco hasta con la afiliación de los motoqueros, pero sabe que los diarios son elementos más sensibles que las otras cosas cuyo liderazgo disputa. No le importa.
El ex presidente Kirchner, jefe político directo de Moyano, también lo sabe y seguramente lo instigó a perpetrar el desastre. Por fin, un mundo sin periodistas, según la fantasía que en su momento verbalizó el ex premier británico John Major.

* * *

Consumada la ley de medios audiovisuales, ¿qué podía hacer el Gobierno con la prensa gráfica, que felizmente no tiene ninguna relación con el Estado? Intentar amedrentarla, tratar de asustarla. La imposibilidad de circulación de la prensa gráfica sería una condena a muerte de la prensa gráfica. Internet existe, pero no está todavía en condiciones de financiar un periodismo grande y eficiente.

La sociedad entre Kirchner y Moyano es tan intensa como inexplicable. A Moyano lo cuestionan los sindicatos más grandes y los más chicos del país (los gordos y los flacos, en fin) por su cercanía con un líder peronista en decadencia. Moyano resiste, aunque nunca fue un romántico de la política. Kirchner le acaba de entregar el manejo de la Administración de Programas Especiales (APE), que administra el Ministerio de Salud y que maneja más de 1000 millones de pesos anuales. Kirchner y Moyano son fanáticos creyentes del dinero como el más eficiente programa político.

El control de la APE había enfrentado duramente a Moyano con la ex ministra de Salud Graciela Ocaña, que aspiraba a que el líder sindical entendiera que esos recursos formaban parte del sistema de salud y no eran una mesa de dinero de los sindicatos. No pudo. Ocaña se fue por eso. Llegó Juan Manzur al ministerio y nombró un hombre de su confianza para que controle esos fondos. Duró 48 horas.

Ayer se publicó en el Boletín Oficial la victoria definitiva de Moyano: nada menos que el apoderado del Sindicato de los Camioneros, Daniel Colombo Russell, fue designado como jefe de la APE y en sus manos estarán de ahora en más aquellos importantes recursos. Otra guerra es previsible. Refiere a la que enfrentará a los grandes sindicatos con Moyano por la distribución de los dineros de la APE, pero esa historia no ha sucedido aún.

El Gobierno hizo suyo también un proyecto del abogado de Moyano, el diputado Héctor Recalde, para modificar el sistema las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART), en las que el sindicato camionero tiene sus propios intereses. Esos intereses habrían frenado también el inicial proyecto del oficialismo de estatizar el sistema de aseguradoras.

Todo eso explica la cercanía de Moyano con Kirchner. Pero, ¿qué cosas explican las proximidades de Kirchner con Moyano, uno de los protagonistas políticos más impopulares del país? No hay encuesta que sea benévola con el jefe camionero. Después de la gran crisis de hace siete años, Moyano estaba igual que gran parte de los dirigentes políticos de entonces: no podía salir sin custodia a la calle.
* * *
Ahora cambió la beligerancia de la sociedad, pero ésta no cambió su opinión sobre Hugo Moyano. Su figura y sus métodos son rechazados en los centros urbanos y en las zonas rurales con igual intensidad.

Sucede que a Kirchner le gustan la impronta de Moyano y sus métodos. No sólo le gustan; también le son útiles. El piquetero Emilio Pérsico terminó resolviendo el problema piquetero en la avenida 9 de Julio. Otro piquetero, Luis D´Elía, se ha convertido en el vocero más fiable del ex presidente. Kirchner siente especial predilección por ese mundo donde los aprietes violentos son más valiosos que la eventual seducción de las palabras.

¿Acaso no es el deslenguado y duro Guillermo Moreno el funcionario con más poder real en la administración? Moreno comenzó la ofensiva contra la prensa gráfica cuando se hizo cargo de hecho de la representación del Estado en la empresa Papel Prensa, a través de su incondicional Beatriz Paglieri, que ayer asistió a su primera reunión con el resto del directorio de la empresa.
No es una casualidad, aunque lo parezca: la mayoría del paquete accionario de Papel Prensa es propiedad de LA NACION y de Clarín , los mismos diarios afectados por Moyano en la larga madrugada de ayer.

Hace pocas semanas, Moreno le dedicó una diatriba de antología a Papel Prensa y a sus dueños privados, que incluyó amenazas de golpes a los entonces representantes estatales en la empresa papelera; éstos renunciaron luego, tal vez asustados. Se hicieron dos denuncias penales sobre los dichos de Moreno, pero un fiscal está perdiendo el tiempo mientras enreda y revuelve los papeles. La Justicia y la policía también son, a veces, funcionales al método Kirchner.

Kirchner cree que los intendentes definen las elecciones y que los medios construyen la realidad. A los intendentes les llenó la mochila de subsidios para los pobres, que merecen una solución mejor para sus vidas. A los medios les ha dedicado una política brutal, coherente y persistente de domesticación. Para ese fin le sirve la ley o le sirve Moyano. Le da lo mismo.

Fuente: El análisis Con la ley o por la fuerza de Joaquín Morales Solá - La Nación - 5/11/09
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28/10/09

El escenario
La reforma política, alquimia kirchnerista
por Carlos Pagni

Es una ley de hierro que los políticos, cuando ya no consiguen extraer su poder del encanto popular, pretendan obtenerlo del aprovechamiento burocrático de las estructuras y reglamentaciones partidarias. Néstor Kirchner, que despierta un rechazo social superior al 70%, entró en esa fase de emergencia.

La reforma política que la Casa Rosada pretende enviar al Congreso en la primera semana de noviembre aspira a potenciar con alquimias institucionales el escaso nivel de votos del oficialismo. El proyecto navega sin luces entre las oficinas de Aníbal Fernández y su segundo, el politólogo Juan Manuel Abal Medina. Aunque tiene menos sensibilidad para estas cuestiones, también Florencio Randazzo participa de la usina. Todos dependen del visto bueno de la joven Valeria Loira, vicesíndica de la Nación. Es la persona de confianza de Cristina Kirchner en cuestiones de derecho público desde los tiempos del Senado.

Un pequeño haz de dispositivos constituye el corazón de la reforma. El principal es establecer un sistema de primarias similar al que existe en Santa Fe, tal como la Presidenta anunció el 9 de julio. Es decir, los partidos estarían obligados a seleccionar sus candidatos en elecciones internas simultáneas, con el padrón general como cuerpo electoral.

Esos comicios serían obligatorios no sólo para los electores, sino también para los que aspiran a ser elegidos. No se podría ser candidato si no se pasó por un certamen de ese tipo. Un interrogante todavía insoluble: ¿qué debería hacer el candidato que no consigue opositor?
Los borradores, en la versión que se discutía ayer, esconden otra clave: el partido que no haya conseguido un piso del padrón general en todos los distritos no puede presentar candidatos nacionales.

Además, se estudia otra disposición crucial: quedará prohibido el financiamiento privado para los candidatos. Sólo se podrá hacer publicidad radial o televisiva en el lapso que asigne el Estado.
Cada aspecto de este proyecto tiene beneficiarios y víctimas muy identificables. Se los puede ir evaluando desde ahora, en un balance tentativo. La necesidad de contar con un piso de votos con determinada cobertura territorial es un gran anzuelo para el radicalismo. Después de haberlos dividido con distintos ensayos de transversalidad, Kirchner se propone ahora seducir a los radicales con el sueño de la reconstrucción bipartidista. La UCR sigue siendo el único partido capaz de competir con el PJ en extensión territorial. Si se impusiera un piso obligatorio en todos los distritos, Julio Cobos pasaría a depender de la UCR mucho más que ahora. Sin esa organización, acaso quedaría fuera de combate.

El rifle electoral que le preparan a Kirchner apuntará contra Elisa Carrió. A ella la obligación de conseguir un mínimo del padrón general en todas las regiones le plantea un desafío desconocido. Para evitarlo tendría que encerrar a la Coalición Cívica en el Acuerdo Cívico y Social y competir por la presidencia en ese marco. Sería obligarse a una interna con Cobos, sostenido por la red territorial de la UCR.

En su última versión, el Gobierno comenzó a descartar las internas por regiones y con un sistema indirecto, de cuño estadounidense, como habían sugerido los hermanos Rodríguez Saá durante la ronda del frustrado diálogo político.

La obligatoriedad de las internas y la utilización del padrón general harán que el sojuzgamiento fiscal que la Presidencia ejerce sobre los gobernadores juegue a favor de Kirchner. Además, al mantener al país como distrito único, la demografía bonaerense inclinaría la balanza a favor de quien controle el conurbano.

Interesante paradoja: mientras desde Olivos siguen imaginando estratagemas para beneficiarse del control sobre el aparato que integran los intendentes del Gran Buenos Aires, éstos promueven una reforma de la ley orgánica de municipalidades que les permita fijar el calendario electoral para liberarse de la boleta de los Kirchner.

La estrategia electoral del Gobierno es profundizar la feudalización del PJ. Pretende aprovechar el vínculo fiscal con los gobernadores en detrimento del vínculo político con la opinión pública. La víctima a la que apunta Kirchner es, en este caso, Carlos Reutemann. Se trata del mayor peligro que el esposo de la Presidenta ve en el horizonte. Kirchner apunta a evitar que su sucesor, de no ser él mismo, pertenezca a su propio partido. Es un propósito de todos los caudillos personalistas: si no consiguen estar en el Gobierno, por lo menos encabezar la oposición.

Como sucede siempre, todo lo que desmejora a Reutemann beneficia a Mauricio Macri. Al lado de Macri creen que los peronistas disidentes no están en condiciones de enfrentar a Kirchner dentro del PJ y que, por lo tanto, deberán resignarse a poner sus estructuras provinciales al servicio de Pro.

La veda para realizar publicidad con fondos privados es un gran guiño de Kirchner a la izquierda. "Debemos desterrar el mercado de la política": así será vendido. En rigor, se trata de una tardía venganza contra Francisco de Narváez y quienes se sientan inspirados en su modelo proselitista.
Por razones elementales de autoestima, el esposo de la Presidenta está convencido de que no perdió frente a un dirigente político preferido por el electorado, sino que fue víctima de la parafernalia de publicidad que puso en su contra un millonario. El argumento es muy deficiente. Pero puede volverse intolerable en la medida en que los candidatos del Gobierno no estén obligados a renunciar a la propaganda del Estado en los períodos preelectorales, como sucede en las democracias maduras.

La reforma que prepara el Gobierno merecerá reproches bastante obvios. El primero es que, por lo que se conoce hasta ahora, no contiene regulación alguna que reponga el equilibrio que le falta a la política argentina. En especial porque no establece limitaciones severas al uso de los recursos públicos por parte de los funcionarios durante las campañas. Este vicio, que está penado severamente en los sistemas evolucionados, es habitual en la Argentina. Y se volvió caricaturesco en las últimas elecciones, con el ardid de las candidaturas testimoniales.

La otra objeción es que el proyecto no sea el resultado de un ejercicio amplio de diálogo político. Tal vez sea inevitable, ya que el objetivo primordial de esta iniciativa no es traducir con mayor fidelidad el estado de opinión pública hacia el seno de la estructura del poder. Al contrario, apunta a desacoplar poder de representación, protegiendo a quien manda, a través de una malla de reglamentaciones, de lo que piensan y sienten los electores. No debería sorprender: es una reforma para que gane los comicios quien hoy los perdería.

Fuente: El escenario La reforma política, alquimia kirchnerista - Carlos Pagni - 20/10/09
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¿Es posible Kirchner 2011?
Por Rosendo Fraga*

La posible idea de Néstor Kirchner de volver al poder ganando las elecciones presidencial que tendrán lugar dentro de dos años, con el mandato de su esposa mediando entre dos o tres suyos, no es nueva.

Surge concretamente hace tres años, cuando el triunfo de monseñor Piña en el referéndum sobre la reelección indefinida en Misiones frustró los planes de llevar al ámbito nacional el sistema que fuera impuesto por Kirchner en la provincia de Santa Cruz.

El horizonte de dieciséis años del kirchnerismo en el poder, habiendo comenzado con un primer período del ahora ex presidente, siguiendo otros cuatro años de su esposa y seguidamente ocho consecutivos del primero, era el horizonte político posible hasta que el conflicto con el campo en 2008 mostró que se había tornado inviable.

La derrota del oficialismo en la elección de medio mandato del 28 de junio confirmó la inviabilidad del proyecto. Es que en los cinco períodos presidenciales precedentes siempre quien fue derrotado dos años antes de la elecciones presidenciales también perdió en esos comicios.
Pero la intención de Kirchner de volver a ser candidato para la elección presidencial del 2011 está en su naturaleza política.

Como antecedente, Menem tras la derrota en las elecciones legislativas de 1997 insistió hasta entrado 1998, con la posibilidad de un tercer mando consecutivo, pretendiendo sin éxito reformar la Constitución para ello.

Mantener abierta la expectativa de que se retendrá el poder en el mediano plazo es importante para quien ha perdido la elección porque ello evita, o por lo menos modera, la pérdida de poder efectivo que implica en la Argentina la derrota del gobierno en la elecciones prepresidenciales.
Reutemann dice que hasta marzo no lanzará su candidatura y ello le ha generado roces con Duhalde; Cobos manifiesta que no renunciará prematuramente para abocarse a la campaña electoral, como se lo proponen sectores del radicalismo y Macri, -son los tres políticos con más intención de voto para 2011,- dilata su resolución respecto a ser o no un competidor en los comicios presidenciales.

El lugar de Cristina Kirchner. De continuar la insistencia del kirchnerismo en la candidatura del ex presidente, probablemente se precipitarán las demás contenidas o retenidas y, en esta situación, el espacio político de la Presidenta se verá aun más reducido.

Los sondeos y los antecedentes electorales muestran que difícilmente Kirchner pueda ganar los comicios presidenciales.

Pero su hipótesis es que dividiéndose el peronismo y sin que la oposición no peronista logre unificarse, él con el apoyo del gobierno nacional no tendrá menos que la cuarta parte de los votos y con ello llegaría a la segunda vuelta, donde de acuerdo con las circunstancias, podría competir.
Se trata de un razonamiento forzado, que busca negar el resultado de las recientes elecciones legislativas y que proyecta el mantenimiento de la lealtad por parte de la mayoría de los gobernadores e intendentes del PJ.

La sociedad el 28 de junio mostró que busca un cambio de rumbo y los nombres de los tres presidenciables más votados lo confirma.

Los frentes de conflicto abiertos o reabiertos en estos días con los medios de comunicación, el campo, la Iglesia y la industria muestran que Kirchner ha decidido empeñarse en una batalla política a todo o nada, aun a costa de generar una crisis.

En mi opinión, Kirchner no será presidente en 2011, como Menem no logró un tercer mandato en 1999.

Pero la voluntad del primero de ser candidato, abriendo simultáneamente frentes con los sectores más relevantes de la vida nacional, puede generar una crisis política, de la cual su esposa y actual presidenta puede ser quien más se vea perjudicada.

Fuente: ¿Es posible Kirchner 2011? - Por Rosendo Fraga - 4/10/09

*El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría
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24/10/09

Kirchner ordenó la radicalización del Gobierno Por Joaquín Morales Solá
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Un intenso proceso de radicalización del oficialismo está en marcha. Néstor Kirchner es el ideólogo, el promotor y el líder. Es raro que un fundamentalismo de esa naturaleza suceda después de una derrota y, por eso, existen ya serios interrogantes sobre cómo serán los dos años finales del gobierno de su esposa.

Persecución personal de sus adversarios, sean estos políticos, empresarios, periodistas o medios de comunicación. La meta consiste en la devastación de todos ellos. Presión sobre el Congreso para arrancarle leyes lesivas de la Constitución y del sistema político. Cooptación o compra de legisladores que inicialmente formaban parte de la oposición. Coerción para interpretar las leyes y los reglamentos de acuerdo con los escasos tiempos políticos del Gobierno.

Los Kirchner han perdido elecciones, pero también han sido abandonados por la simpatía o la comprensión de una vasta mayoría social. Según tres prestigiosas encuestas recientes, los Kirchner oscilan entre el 70 y el 80 por ciento de imagen negativa entre los consultados; cerca del 70 por ciento desaprueba la gestión de Cristina Kirchner y, de acuerdo con una de esas mediciones, el 66 por ciento de los argentinos es pesimista sobre el futuro próximo del país. Abandonados en la práctica y en teoría por la sociedad, los Kirchner actúan como si ya no tuvieran nada que perder.

Esta última constatación explicaría un enigma: ¿por qué Kirchner, aun entre sus permanentes extravagancias, fue más moderado y racional durante su mandato que en el de su esposa? Funcionarios que acceden al ex presidente suelen explicar también que él cree que Cristina Kirchner no puede darse el lujo de la moderación. Yo no necesitaba demostrar que era fuerte, pero ella puede parecer débil , suele explicar en las restringidas tertulias de Olivos. Durezas sin concesiones, entonces.

Pero quizá se trata solamente del sinceramiento de una manera de ser y de gobernar, de la reproducción de la vieja fotografía de Santa Cruz. Tal vez el Kirchner escasamente moderado de otros tiempos era sólo un político que todavía aspiraba a seducir a los moderados y mayoritarios sectores medios de la sociedad. Prometía todo sin comprometerse a nada. Actuaba, en fin, lo que no era.

Ahora es al revés: quiere forzar otra vez al Congreso para sacarle una reforma política, hecha para que él pueda aspirar a quedarse con la estructura del peronismo. Kirchner se aferra a las estructuras institucionales y políticas cuando se ha quedado sin seguidores. Cree, y probablemente no esté equivocado, que la atomización del peronismo empujará a sus brazos a los intendentes del conurbano bonaerense, en cuyo predicamento confía con una fe propia de las religiones. Los intendentes también lo dejan solo, a veces. Planifica, además, un sistema de cooperativas de trabajo en la provincia de Buenos Aires, que la oposición (incluida la izquierda) ha calificado de sistema de acopio de seguidores.

Según estimaciones de políticos bonaerenses, esas cooperativas de trabajo podrían absorber entre 300 y 400.000 personas. La reforma política kirchnerista persigue la instauración inmediata de internas abiertas en los partidos políticos para elegir candidatos. Aquel número de eventuales votantes lo haría imbatible a Kirchner , asegura un intendente. Eso podría ser así si el resto de los candidatos le aceptara sus particulares reglas del juego. Los otros candidatos irán por fuera del partido , retrucó un viejo político del peronismo.

Falta menos de dos meses para el 10 de diciembre. Sin embargo, no es seguro que el ecosistema político vaya a cambiar para entonces. Los Kirchner acaban de conseguir la mejor aprobación de un presupuesto que tuvieron desde que están en el gobierno; el presupuesto es tramposo, saltarín y embustero. Con todo, el oficialismo logró votos de dos diputados de Pro (Julio Ledesma, actual y electo para el próximo período, y Patricia Gardella, con mandato hasta 2011); de diputados que responden a los gobernadores radicales Brizuela del Moral, de Catamarca, y Colombi, de Corrientes, y hasta de uno que llegó a la Cámara de Diputados de la mano del furiosamente antikirchnerista Luis Patti.

¿Cómo lo hizo? Todas las conjeturas son posibles. Los votos cambian, se deslizan, se travisten. Una parte de la política y de la sociedad ha perdido la sensibilidad moral. El enorme escándalo por los sobornos en el Senado, hace casi diez años, podría reproducirse una vez por semana en los tiempos que corren. No pasa nada.

También es cierto que la oposición peca de ingenua con frecuencia. Imagina un futuro institucional con grandes planes de limitaciones para el kirchnerismo, sin tener en cuenta que está frente a un gobierno en funciones y en acciones, y que el kirchnerismo no vacila ante la frontera que separa lo correcto de lo incorrecto.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, se topó con la sorpresa de que Kirchner le había desarmado un almuerzo, convocado por él, con cinco gobernadores peronistas. Urtubey quería explorar la posibilidad de una corriente de gobernadores independiente de Kirchner y de Duhalde. No pudo.

¿Es correcto que el Boletín Oficial publique una fe de erratas sobre el texto de una ley sancionada por el Congreso y promulgada por la Presidenta? No, sin duda. La única fe de erratas que puede publicar el Boletín Oficial debería referirse a un error propio de impresión, pero no puede enmendar un texto aprobado por el Congreso. Sin embargo, el Boletín Oficial se encargó de arreglar en su edición los zafarranchos de la ley de medios audiovisuales.

Ya se abundó lo suficiente sobre los errores de contenido de esa ley. El problema de ahora son los errores de forma, producto de los irracionales apuros parlamentarios del oficialismo para conseguir la aprobación de su proyecto. La Cámara de Diputados llegó a violar el reglamento interno del cuerpo para despachar decenas de cambios y aprobarlos en el curso de pocas horas. El Senado tenía vedada cualquier revisión, porque hubiera alargado el trámite. Lo que salió como ley es el desprolijo borrador de un jardín de infantes.

La radicalización del Gobierno es contagiosa. Testigos y víctimas de esa epidemia, que no carece de una dura violencia física, fueron el titular del radicalismo, Gerardo Morales, en su propia provincia, Jujuy, y la flamante embajadora norteamericana, Vilma Martínez, en Mendoza. La diplomática se salvó por centímetros de recibir en la cara un tomate transformado en proyectil. Actuaron fuerzas de choque afines al Gobierno. Nadie evitó nada en ningún lado.

Elisa Carrió tiene la virtud de la claridad cuando habla. Anunció que el Gobierno, en su guerra contra el periodismo, ya la emprendió contra Clarín y ahora seguirá contra LA NACION. Tiene razón. Está haciendo aprobar en el Congreso, a todo trapo, un proyecto de ley dirigido contra los hijos de Ernestina Herrera de Noble. Autoriza la extracción compulsiva de "pequeñas dosis de sangre" para conseguir el ADN de las personas en casos en los que se quiere averiguar la identidad biológica de las personas.

Dos pronunciamientos de la Corte Suprema de Justicia señalan que los jueces deben buscar "procedimientos alternativos" a la violencia física. Esto es: nadie puede ser obligado a poner su cuerpo como prueba. Carrió denunció que la venganza oficial había desbordado a los padres y ahora se ensañaba con los hijos. El método contiene una dosis increíble de inhumana frialdad.
Un columnista de LA NACION fue víctima también, por esas mismas horas, de una aberrante operación difundida por Canal 7. La televisión pública pasó del oficialismo a la propaganda y de la propaganda a la difamación. ¿Cuánto falta para que pase de la difamación a la obscenidad política? ¿Cuánto falta para que la libertad se haya convertido en una nostalgia?

Fuente: Kirchner ordenó la radicalización del Gobierno, Por Joaquín Morales Solá - La Nación - 18/10/09
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El dilema ético Por Toty Flores*

La ciudad sitiada por piqueteros”. “Corte total en la Panamericana”. “Piqueteros cortan la Avenida de Mayo y el Obelisco”. “Congestión en la ruta 2 por piquetes a la altura de…”. “Ruralistas piqueteros cortan la ruta del Mercosur”. “En Caleta Olivia desocupados petroleros bloquean los accesos a las plantas”. Y podríamos llenar las páginas de los diarios con títulos parecidos. Y algún periodista, devenido analista político, dirá en algún canal de televisión, con el rostro serio para darle más énfasis a la afirmación, “enormes pérdidas causan al país los cortes de rutas” o “los taxistas no trabajan por culpa de los cortes de calles” o “el malhumor social aumenta porque los automovilistas se enojan con los piqueteros”. Los programas más serios invitarán a algún jurista para que desde el punto de vista del derecho explique por qué los derechos al trabajo, a defender los recursos naturales, a la salud, a la educación, a una jubilación digna, a que no haya explotación sexual, a mejores salarios, etc... –motivos vitales por los que hombres y mujeres de distintas clases sociales se convocan al “piquete”– se contradicen con el ¡¡¡derecho a transitar libremente!!! Por supuesto con la ayuda de algún “movilero” que tratará por todos los medios de hacerle decir al afectado-entrevistado los inconvenientes causados. Tarea muchas veces difícil cuando el reclamo es legítimo.
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Y el habitante superficial, trivial, consumista, repetirá miles de veces estos argumentos interesados, surgidos mayormente desde la frivolidad y la liviandad del pensamiento, y otras, la gran mayoría, desde los intereses sectoriales o políticos ocultos, que dominan la opinión de un sinnúmero de personas. Y a esta altura, y también desde la superficialidad y solamente con el ánimo de polemizar, me dan ganas de decir; que no son los “piqueteros” los que causan enormes pérdidas al país llevándose al exterior, 150 millones de dólares, tal cual dijera el cardenal Bergoglio. No son los piqueteros los que saquean a las clases medias con tarifas de servicios públicos abusivas, impuestos y otras yerbas, que limitan el derecho a viajar en taxis. No son los piquetes las causas del mal humor social, sino la violencia del “ninguneo”, de la mentira, de la impunidad, de la falta de justicia, del capitalismo de amigos, de la injusticia social. Los piquetes son nada más que el emergente de esta situación insostenible para la sociedad. ¿Y el derecho? Confieso que sé muy poco, estoy seguro de que como la mayoría de los piqueteros. Alguna vez la vida me jugó una mala pasada y por el año 95 quedé desocupado y me hice piquetero. Y no es fácil resolver la cuestión desde el derecho formal, para aquellas personas que creen que han sido vulneradas, hasta en su dignidad. Solamente es posible actuar con tranquilidad de espíritu si se plantea el dilema desde la ética. ¿Es correcto pedirle al transeúnte algunos minutos de su vida para hacerle saber que hay otros hermanos que están sufriendo por la falta de solución a sus reclamos? ¿Es justo que cuando se han agotado los caminos institucionales del reclamo tengas que recurrir a estos métodos que vulneran el derecho de los otros? Solamente podrás responderte desde la legitimidad de tu demanda.
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Profundizando la discusión, podríamos reconocer en los movimientos piqueteros un movimiento social particular, con múltiples demandas que buscan su identidad y donde no todos son iguales. Y que surgen cuando las instituciones existentes no dan salida a sus reclamos.
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“Los movimientos sociales representan, siempre, históricamente, la expresión de modificaciones sociales que sobrepasan los límites del proceso de identidad y re-conocimiento social institucionalizado (…) Enunciando rupturas con la institucionalidad existente, ellos son rechazados por la sociedad institucionalizada. Ésta los arroja a una especie de ghettos”... (El eslabón perdido, clase e identidad de clase. Francisco de Oliveira).
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Ésta es la cuestión: ¿qué hacemos con estos sectores de la sociedad que rompen con la institucionalidad porque sus demandas no son tenidas en cuenta? ¿Los invalidamos como ciudadanos dignos de habitar nuestro suelo argentino? Para algunos sectores de la sociedad discriminadora parece que sí. A los piqueteros pobres: ¿los mantenemos en la más absoluta pobreza para utilizarlos como clientes para ganar elecciones? Éste es el sueño de muchos dirigentes políticos, y no importa de qué signo sean, lo importante es que tengan hambre de poder. ¿Qué pasaría si las quince mil personas que viven en situación de calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desfilaran con sus harapos pestilentes desde el Congreso a Plaza de Mayo el día de asunción de los nuevos legisladores? ¿Seríamos indiferentes, como somos ahora, cuando los vemos en una escalera de algún edificio público durmiendo en el frío tapados con diarios? Seguramente no. La sociedad se conmocionaría viendo desfilar ese ejército de menesterosos que pondría en peligro la viabilidad para las inversiones como país serio. Algún jefe de gobierno, sensibilizado, promovería la creación de alguna fuerza especial para hacer cumplir la ley de tránsito, para que el derecho soberano de transitar libremente no sea vulnerado. ¿Y nuestra mirada humanitaria, civilizada, occidental y cristiana? Sí. Está bien, en tanto y en cuanto, no nos ponga en el espejo del mundo porvenir. Porque ser piquetero es una posibilidad que nos cabe a todos; fíjense en los ruralistas. ¿Y la violencia? Es verdad, a más de un dirigente con ambición desmedida de poder le gustaría tener un ejército de piqueteros armados, como grupo de choque para “disciplinar” y poner “orden” a sectores de la sociedad que no quieran pagar retenciones excesivas, por ejemplo. Pero, entonces ¿los piqueteros son violentos? Difícil discusión. Solamente a modo de reflexión, transcribo un texto de Slavoj Zizek: “¿No es un intento a la desesperada de distraer nuestra atención del auténtico problema, tapando otras formas de violencia y, por tanto, participando activamente en ellas? Según cuenta una conocida anécdota, un oficial alemán visitó a Picasso en su estudio de París durante la Segunda Guerra Mundial. Allí vio el Guernica y, sorprendido por el “caos” vanguardista del cuadro, preguntó: ‘¿Esto lo ha hecho usted?’. A lo que Picasso respondió: ‘¡No. Ustedes lo hicieron!’. Hoy día muchos liberales, cuando se desatan explosiones de violencia como las producidas de un tiempo a esta parte en los suburbios de París, preguntan a los pocos izquierdistas que aún creen en una transformación radical de la sociedad: ‘¿No fuisteis vosotros los que hicisteis esto?’ ¿Esto es lo que queréis? Y deberíamos responder como Picasso. ‘¡No vosotros lo habéis hecho! ¡Esto es el resultado de vuestra política!’’… (Sobre la violencia. Slavoj Zizek.)
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Cuando estoy terminando el escrito pedido, la tele trae la noticia de que una senadora apoyada por el vicepresidente Julio Cobos cambió su voto en el debate sobre la ley de medios audiovisuales “apretada” por la necesidad de caja del gobernador correntino. ¿Y la ONCCA? ¿La unidad básica de “punteros” ricos del régimen kirchnerista? ¿No deberíamos poner en debate qué hacer con estos focos de corruptela y clientelismo que afectan a los argentinos?
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¿Y el dilema de cortar o no cortar rutas? Los movimientos sociales desaparecen cuando el reclamo que les dio origen se soluciona o cuando son derrotados definitivamente. Hoy la sociedad pugna para que haya república, para que los derechos humanos del presente sean respetados, para que la justicia funcione, para que haya gobiernos que realicen sus funciones desde la vocación de servicio y no para favorecer a los amigos, dirigentes sindicales que representen verdaderamente los intereses de sus afiliados, para que sean respetados los derechos de los niños y los ancianos, para que quienes tenemos responsabilidades políticas nos aboquemos a tratar 4 o 5 temas que se transformen en políticas de Estado, cuyo centro sea terminar con la violencia social de la pobreza. Pero si los dirigentes insisten empecinadamente en desoír los reclamos de la sociedad, el piquete seguirá “vivito y cortando”. Solamente con una sociedad integrada que esté dispuesta a tolerar la distribución de los ingresos que achique la brecha entre los más y ricos y los pobres, que respete la institucionalidad porque las instituciones funcionan como corresponde, que ponga en el centro las cuestiones éticas, estaremos en presencia del fin del piquete como método para el reclamo.
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Los piquetes no me quitan el sueño de la Argentina de “mi hijo el doctor” de la justicia social y el “reino de la abundancia”, por el contrario, me desafían a concretarlos.
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Fuente: El dilema ético por Toty Flores en ¿Cortar o no Cortar? - Critica Digital - 9/10/09
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*Toty Flores, referente del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD-La Matanza) y actual diputado nacional por la Coalición Cívica

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20/9/09

La billetera K mata galanes y siembra temores Por Fernando Laborda

El tiempo de la cosecha ha quedado atrás para los Kirchner. No hay antecedentes de que quienes conducen el país puedan presentarse con éxito a revalidar sus títulos dos años después de una dura derrota electoral en los cinco principales distritos de la Argentina y tras tocar su piso histórico en imagen positiva de acuerdo con los últimos sondeos de opinión pública.

No parece haber lugar para el descubrimiento por parte del matrimonio presidencial de campos fértiles para iniciar otro período de siembra. Pero siempre les queda a los Kirchner otro camino: el de sembrar cizaña en el campo de la oposición, algo que hasta ahora les viene dando buenos dividendos.

El nivel de rechazo social a Néstor Kirchner puede ser muy grande, inconmensurable, irrecuperable. Pero su capacidad de daño sigue intacta. Su habilidad para conducir mediante un astuto empleo de la billetera y del miedo continúa latente. Y no son pocos los que sucumben ante ese particular estilo de conducción.

El poder de coacción que busca a toda hora exhibir el gobierno kirchnerista no sólo provoca efectos en la arena política. Fuera de los círculos partidarios, en el ámbito empresarial es donde más se percibe una preocupante mezcla de temor y de asfixia.

Pocos días atrás, el director de una reconocida consultora de opinión pública, cuyos sondeos distan hoy de favorecer al Gobierno, se lamentó de no poder revelar datos de sus encuestas a la prensa. "Estamos cultivando el bajo perfil. La verdad es que tenemos miedo", confesó a LA NACION.

El reciente acto intimidatorio por parte de 200 inspectores contra el Grupo Clarín también hizo lo suyo. "Si a la más grande corporación de multimedios le hacen eso, ¿qué podemos esperar nosotros?", se preguntó un representante de una empresa del sector industrial.

La profundización del modelo K está en marcha, sin que importe cuál fue el verdadero mensaje de las urnas registrado el 28 de junio. Como ha insinuado la presidenta Cristina Kirchner, los medios de comunicación podrán construir el relato que deseen acerca de esos comicios, pero el único relato valedero para el Gobierno no es otro que el que se construye en la quinta de Olivos.

Según el relato oficial, el kirchnerismo triunfó en las pasadas elecciones y si no obtuvo más votos fue porque un sector progresista, liderado entre otros por Fernando "Pino" Solanas y por los socialistas de Santa Fe, interpretó mejor que ellos el significado de la profundización del modelo K.

Dirigentes de estos sectores de la oposición quedaron atrapados por algunos compromisos ideológicos, apenas mínimamente satisfechos con algunos retoques que admitió el kirchnerismo en el proyecto de ley de medios audiovisuales aprobado días atrás en la Cámara de Diputados.

La actitud de diputados socialistas y del bloque Solidaridad e Igualdad, formado por ex aliados de Elisa Carrió, no sorprendió demasiado. Prácticamente todos ellos habían votado favorablemente la ley que eliminó las AFJP y algunos habían respaldado la reestatización de Aerolíneas Argentinas. Decisiones que, bajo un disfraz progresista, ocultan la tendencia a una distribución cada vez más regresiva del ingreso. Basta con analizar el destino que hoy se les está dando a los fondos previsionales, cuyo propósito ha dejado de pasar por garantizarles la mejor renta a los actuales y futuros jubilados. O todo lo que se podría hacer en materia de políticas sociales con los casi 10 millones de pesos diarios que pierde la empresa aérea: se podría alimentar a unas 675.000 familias de cuatro integrantes, según el costo de la canasta alimentaria básica del Indec, o a alrededor de 488.000, si se tomara la canasta elaborada por Carrefour. Más allá, claro está, de los innumerables programas de formación laboral y reeducación que podrían ponerse en marcha.

Entre las necesidades fiscales de algún gobierno provincial, las supuestas convicciones ideológicas y cierta ingenuidad, la oposición vinculada con el llamado polo progresista continuará buscando, algo desorientada, su lugar en el mundo.

La misma confusión ha ganado al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, quien súbitamente dejó atrás la estrategia de acercamiento al sector rural que había iniciado tras su derrota electoral para reconstruir su poder en la provincia de Buenos Aires. Cuando la administración bonaerense comenzaba a diferenciarse del gobierno nacional, vino el apoyo de Scioli al veto presidencial a la ley agropecuaria sancionada por unanimidad en el Congreso para beneficiar a productores de zonas afectadas por la sequía. Y, más tarde, la expulsión del ministro de Asuntos Agrarios provincial, Emilio Monzó, quien a juicio de Néstor Kirchner había cometido el pecado de reunirse con peligrosa frecuencia con dirigentes del campo.

Si Scioli no pudo capitalizar su fidelidad al kirchnerismo durante las semanas previas a las últimas elecciones, pronto cayó en la cuenta de que, sacando los pies del plato, iba a resultarle aún más difícil conseguir la ayuda del gobierno nacional para enfrentar la crisis financiera que afronta su provincia. No se trata de una cuestión menor: el Estado nacional es el principal acreedor del distrito bonaerense. La independencia fue el sueño de una noche de verano. Ahora, se impone la sumisión.

La armada K no parece apta para construir una nueva opción electoral, pero conserva gran capacidad de fuego para destruir adversarios, dividir a la oposición y retener soldados a fuerza de amenazas.

El propósito de la ley de medios audiovisuales es comparable al de las presiones a concesionarios de servicios públicos que debieron dejar las empresas en manos de grupos más confiables para el kirchnerismo, tal como ocurrió con Telecom, Edenor y Aguas Argentinas. El objetivo oficial en ambos casos no es otro que extender el dominio K en sectores clave de la economía y de la comunicación.

En los tiempos que hoy corren, el proyecto de radiodifusión puede verse como un mecanismo de autodefensa del Gobierno, dirigido a procurarle un blindaje mediático para afrontar los cuestionamientos presentes y las demandas por venir. Las comparaciones con la reforma del Consejo de la Magistratura, dominado por el oficialismo y empleado en ocasiones para presionar a jueces en condiciones de investigar irregularidades en el Gobierno, son llamativas. La autoridad de aplicación de la ley de medios que proponía originalmente el kirchnerismo iba a recaer en un órgano de cinco miembros, controlado por tres representantes del Poder Ejecutivo. Un cambio de último momento morigeró esa idea absurda (ahora tendrá dos representantes del Ejecutivo, dos de un consejo federal y tres legisladores), pero no el perfil politizado del cuerpo ni la fuerte probabilidad de que termine siendo manejado por el partido gobernante.

La profundización del modelo K también implica combatir cualquier foco de resistencia. El principal blanco elegido ahora es Julio Cobos, quien denunció que algunos funcionarios y dirigentes del oficialismo consideran que el rol del vicepresidente es callarse la boca o renunciar.

Cobos aspira a convertirse en el líder de la Argentina moderada. No es poco lo que ha logrado recientemente. Hace dos jueves generó el milagro de sentar juntos en su despacho del Senado a la plana mayor del macrismo y a las principales espadas del radicalismo en el Congreso. Días antes de los comicios había dado otra señal trascendente al recibir al entonces candidato Francisco de Narváez. Aunque ese gesto le valió críticas de dirigentes del Acuerdo Cívico y Social, la opinión pública valoró esa actitud.

El rompecabezas de la oposición no podrá resolverse sin diálogo y sin búsquedas de coincidencias. El desafío de sus dirigentes es demostrar que se puede hacer algo más que antikirchnerismo y edificar las bases de un nuevo consenso, para lo cual no pocos de sus exponentes deberán abandonar su clásico narcisismo.


Mes a Mes, una visión tanto política como cultural

~ Nuestra Agenda ~

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Actividades tanto Políticas como Culturales, organizadas y/o propuestas por Jóvenes por la Iguadad Córdoba.

El Video Político Argentino: "Nuestra Constitución Nacional"

Preambulo de la Constitución Argentina: con voz de Jorge Lanata, del programa televisivo "Día D" (Canal América), 2001.

¿Cuando demandamos como sociedad, que la clase politica la respete?..Deberiamos aprender que ningun hombre tiene que estar por encima de ella, esa es la base de la igualdad de todos ante la ley...Pensar que deciamos en el 2001, "que se vayan todos", y aparecio más de lo mismo, Néstor Kirchner (se sabia en Santa Cruz ya quien era, como se manejaba), y luego su mujer, Cristina Fernandez de Kirchner, y con ellos, volvieron muchos más, la impunidad, la corrupción...¿Cuando aprenderemos a elegir a "nuestros representantes"?, ¿Cuando aprenderemos a votar algo distinto?...Hagamonos cargo de nuestro errores y de nosotros depende defenderla hoy, hacerla cumplir.

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