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Una visión del pasado, del presente y del futuro recopilada entre los periodistas, cientificos, e intelectuales argentinos : La brújula política está dedicada al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.

18/11/09

¿Se enseña en la Argentina la historia real del país?
.Crisis pregunta, "Crisis", diciembre de 1973.
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Fusilamiento de Dorrego

La enseñanza de la historia plantea problemas que trascienden el campo historiográfico. Con ella se asumen una explicación de las transformaciones que se producen en la sociedad, un proyecto nacional, una identidad, un pasado y también una exploración, comprometida o no, de las contradicciones de nuestra realidad concreta. Esto explica, sobre todo en los países del Tercer Mundo, donde hasta la conciencia histórica es objeto de presión, la necesidad de una discusión y una revisión permanentes. Discusión y revisión que no son un agregado ilícito, sino parte fundamental de la misma historia.

En este momento, en el cual la polémica se acentúa, en que comienza, bajo el signo de la rehabilitación de Rosas y los caudillos, el replanteo de la enseñanza de la historia en nuestro país Crisis ha realizado esta encuesta, a cargo de Inés Prat, con el objetivo de participar también de este proceso.

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Félix Luna

"¿Cómo prescindir de los mitos?"

La historia que se enseña en los colegios secundarios es, en líneas generales, demasiado simplista y elemental y demasiado atenida a los cánones académicos.

Esto no es una novedad: se ha dicho muchas veces y se ha caricaturizado el clásico "Grosso chico" como para agregar nada a ese juicio.

Lo que hay que establecer, si queremos adoptar una actitud positiva frente a este delicado problema de la enseñanza de la historia, es cómo cambiar ese enfoque. Es indiscutible el apego a los mitos históricos, a los viejos tabúes ideológicos, al esquematismo de esa historiografía fundada por Mitre y López y puesta en marcha por las escuelas normales, los institutos oficiales de historia y la Academia. Pero a nivel de escuela primaria o colegio secundario, ¿cómo se cambia? ¿cómo interiorizar al alumno de la complejidad de las causalidades históricas? ¿cómo prescindir de los mitos cuando desde la más tierna infancia esos mitos forman parte de la conciencia individual?

La historia que nos legaron, aquella que nuestros padres sabían como artículo de fe, ha sido ahora totalmente revisada, es cierto; pero en una época fue útil porque debía insertarse formativamente a un país aluvional, poblado de inmigrantes y sus hijos, que estaban desconectados de las tradiciones nacionales. Entonces, esa historia simplificada y mitificada sirvió como un elemento integrador de la futura conciencia nacional. Pero sus falacias y mentiras la hicieron vulnerable. Ahora, la versión liberal de nuestro pasado hace agua por todos lados. Pero, ¿con qué se la reemplaza? ¿Acaso el revisionismo no está tan anquilosado y agotado como la propia versión liberal? En la medida que el revisionismo fue uno de los subproductos del nacionalismo vernáculo, no pudo establecer una propuesta coherente y totalizadora sino, solamente, rectificaciones parciales. Utilísimas y definitivas, pero parciales.

Pienso que poco a poco se está llevando a los niveles educacionales una propuesta historiográfica más madura y veraz. Lo están haciendo los profesionales jóvenes, que no se sienten comprometidos con ninguna de las posiciones antagónicas que en su momento chocaron y que ahora entregan sus aportes más positivos a una síntesis que tiene que llegar fatalmente. Hay que observar ese proceso: posiblemente dará sus frutos mucho antes de lo esperado y en un futuro no muy lejano los argentinos no tendrán que aguardar a salir de la secundaria para aprender una historia que los satisfaga.

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*Félix Luna (1925). Nació en Buenos Aires. Abogado, poeta, periodista, director de la revista Todo es historia .

Obra: Los caudillos, De Perón a Lanusse , El 45 , Yrigoyen , etc.

Fuente: Crisis pregunta, "Crisis", diciembre de 1973.
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6/11/09

Un sincero Adiós a Félix Luna, un grande de la Cultura.
Buenos Aires, 30/09/ 1925 - Buenos Aires, 5 /11/ 2009
La Historia sobre todo, te va a extrañar
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Murió Félix Luna
El historiador falleció a los 84 años; fue un pionero en contar la historia en lenguaje sencillo; hace dos días había sido distinguido por la Legislatura; estaba internado hacía varios meses
Lilita y la APDH
CARRIÓ. Tras la polémica con los organismos de Derechos Humanos, el Gobierno la acusa de haberse "derechizado".
Por James Neilson

Puesto que la mejor forma de alentar a los proclives a pisotear los Derechos Humanos consiste en politizar el tema, y de este modo hacer pensar que sólo se trata de un arma en manos de una facción determinada, los jerarcas de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) cometieron un error muy grave cuando, por unanimidad, optaron por expulsar a Elisa Carrió de su organización por oponerse apasionadamente a la extracción compulsiva de ADN. Según la diputada electa, la única razón por la que Néstor Kirchner está impulsando una ley en tal sentido es que cree que serviría para arruinarle la vida a la anciana directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, motivo por el que quiere que el Congreso le dé el visto bueno cuanto antes. Y para que no quedaran dudas en cuanto a las connotaciones políticas de la decisión, un copresidente de la APDH, el obispo metodista Aldo Etchegoyen, procuró reivindicarla informándonos que Carrió, luego de tener un discurso que a su juicio era “relativamente progresista”, giró “hacia el centro y en los últimos tiempos tiene un discurso francamente de derecha”. Dicho de otro modo, para quienes encabezan la APDH, una de las pocas organizaciones que se esforzaron por defender valores civilizados en una década, la de los setenta, que estuvo caracterizada por la barbarie triunfante, el tema tiene que ser un monopolio de la izquierda.

En vista de que a través de los años comunistas de distintos pelajes se las han arreglado para asesinar a por lo menos cien millones de personas, además de despojar, torturar o encarcelar a muchísimas más, la pretensión del reverendo y quienes piensan como él es tan absurda como hipócrita. En la atroz competencia genocida entre los colectivistas de izquierda y los de lo que suele considerarse la derecha, como los socialistas nacionales de Adolf Hitler, los primeros ganan por un margen de aproximadamente dos a uno. Pero aunque a esta altura casi todos coinciden en que los asesinos derechistas deberían pagar por lo que hicieron sesenta años atrás, de ahí las detenciones bien publicitadas de nazis nonagenarios que siguen produciéndose, muy pocos tienen interés en asegurar que sus muchos equivalentes izquierdistas compartan el mismo destino. Como el novelista alemán Günter Grass descubrió al publicarse su autobiografía, el haber sido un miembro –al parecer uno inocuo– de las SS hitlerianas era imperdonable; de haber sido un ex miembro de la KGB soviética, digamos, como el actual primer ministro ruso Vladimir Putin, pocos lo hubieran criticado.

La discriminación así supuesta no sólo es injusta. También es peligrosa. De consolidarse la convicción de que una banda de ideólogos y oportunistas, entre ellos los Kirchner, se han apropiado de una causa que debería trascender las diferencias sectarias porque lo que importa no son las teorías políticas preferidas por los culpables de crímenes de lesa humanidad sino lo que efectivamente han hecho, la mayoría reaccionará con indiferencia ante denuncias que merezcan tomarse muy en serio. Es lo que sucedió en la Argentina entre 1976 y 1982. La dictadura militar se defendía –con éxito hasta que la derrota en el Atlántico Sur la desprestigiara definitivamente– contra quienes denunciaban su salvajismo acusándolos de ser izquierdistas afines a regímenes tan célebres por su ternura hacia los que pensaban distinto como el soviético y el cubano, de suerte que sólo se trataba de propaganda. Al fin y al cabo, los argentinos eran derechos y humanos, de modo que quienes protestaban eran enemigos de la Patria. En el caso, poco probable, por fortuna, de que el país caiga nuevamente en manos de una dictadura “de derecha”, esta podría repetir los mismos argumentos al señalar que en organizaciones como la APDH no hay lugar para centristas, liberales y, huelga decirlo, conservadores.

De todos modos, el episodio desagradable que protagonizó Carrió no parece haberla perjudicado, ya que, algunos fanatizados aparte, nadie soñaría con tomarla por una partidaria de la represión ilegal. Puede que haya exagerado al calificar de fascismo puro la extracción forzosa de ADN de adultos que se aseveran conformes con la identidad que tienen, pero de por sí no significa que esté a favor de lo que hicieron los militares con bebés nacidos en cautiverio, sólo que entiende que son espurios los motivos del Gobierno. Tampoco habrá afectado demasiado la reyerta a las Abuelas de Plaza de Mayo de Estela de Carlotto que están tratando incansablemente de encontrar a aquellos hijos de desaparecidos –dicen que hay 400– que aún no han sido identificados, lo que motiva su voluntad de hacer obligatoria la extracción de ADN. Todos comprenden el porqué del compromiso de las Abuelas, al igual que el de las Madres de aquella plaza emblemática, con una causa que para ellas es dolorosamente personal y por lo tanto propenden a atribuirles un grado de autoridad moral que se niega a otros.

¿Es bueno que eso haya ocurrido? En absoluto. El que deudos de las víctimas de la ola de represión más reciente se hayan erigido en los líderes de los organismos que según sus integrantes se dedican a la defensa de los Derechos Humanos nos dice mucho sobre la ambigüedad, cuando no la indiferencia, del resto de la sociedad. Es perfectamente natural que los familiares, en especial las madres, de los desaparecidos hayan desafiado a la dictadura. Incluso en la Unión Soviética mujeres como la gran poeta Anna Ajmátova se animaron a hacerlo. Sin embargo, en ningún lugar del mundo pueden incidir más en el accionar de un régimen brutal los gritos de las víctimas que el silencio de los demás. Para asegurar que una dictadura futura, trátese de “progresista” o “reaccionaria”, respete los derechos fundamentales de los habitantes del país, será necesario que haya un consenso muy amplio, y muy firme, de que pase lo que pasare ciertas reglas han de ser inviolables.

También es preocupante que aquí la mayoría de las agrupaciones de Derechos Humanos parezca estar obsesionada con los horrores perpetrados hace treinta años o más, sin manifestar demasiada preocupación por los abusos que suceden a diario en las cárceles y comisarías del país. Antes de la expulsión de la APDH de Lilita, el único político que había sido echado del club era Carlos Menem por haber indultado a militares y policías. Si bien fue una decisión sumamente polémica, Menem pudo argüir que a su juicio contribuiría a “pacificar” el país al permitirle alejarse de un período sanguinario en que militares, montoneros y muchos otros creían que, como decía Mao Tse-tung, el poder nace del fusil y actuaron en consecuencia. Pues bien: hace poco, los uruguayos votaron a favor de una ley de amnistía que exime de persecución judicial a los responsables de violar Derechos Humanos, mientras que el candidato oficialista, el ex guerrillero tupamaro José Mujica, afirmó que no le gusta para nada ver a “viejitos” –léase, generales y policías retirados– en la cárcel. La actitud asumida por Mujica, pues, tiene mucho en común con la de Menem, de modo que de acuerdo con la óptica de la APDH el uruguayo será un derechista execrable.

Sea como fuere, la izquierdización de los Derechos Humanos, por decirlo así, dista de ser un fenómeno limitado a la Argentina. En las fases finales de la Guerra Fría, los norteamericanos se dieron cuenta de que, bien manejada, la causa podría resultarles muy útil y, con la ayuda de disidentes en Rusia, la aprovecharan para desacreditar a la Unión Soviética. Una vez liquidado el “socialismo real”, empero, los voceros de tiranías tercermundistas y los contestatarios occidentales se apropiaron del tema, con el resultado de que organismos como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU siempre incluyen a representantes de países como Sudán y Cuba. Según tales autoridades en la materia, virtualmente el único gobierno que abuse de ellos de manera sistemática es el israelí. En cuanto a los crímenes rutinarios de lesa humanidad que se dan en todo el mundo musulmán, muchas organizaciones se han acostumbrado a pasarlos por alto, en parte por temor a ser acusadas de “islamofobia”, en parte por una forma de racismo ya que suponen que no serviría para nada criticar a gente de valores tan diferentes de los que en teoría al menos rigen en las democracias occidentales.

Si la experiencia nacional nos ha enseñado algo, esto es que minimizar la importancia de ciertos principios éticos, o de relativizarlos en nombre de la militancia sectaria imputándolos a corrientes políticas determinadas, abre las puertas a los dispuestos a secuestrar, torturar y matar por motivos ideológicos. En los años que precedieron al golpe militar de 1976, el grueso de la ciudadanía pareció aceptar como legítimos los métodos terroristas, ya que “la violencia de arriba genera la de abajo”; en los que lo sucedieron, pareció aceptar con la misma ecuanimidad los métodos de la dictadura por motivos diametralmente contrarios, achacándolos a la necesidad de terminar con “la violencia de abajo”. Es posible que en la actualidad algo similar esté ocurriendo; al intensificarse la brutalidad de delincuentes jóvenes, serán cada vez más los indignados por el “gatillo fácil” y cada vez más los que quieran “mano dura”. De ser así, sería de esperar que la APDH se sintiera constreñida a preocuparse por algo más cercano que una tragedia que ya forma parte de la historia del país.

Fuente: Opinión Tesis Lilita y la APDH CARRIÓ. Tras la polémica con los organismos de Derechos Humanos, el Gobierno la acusa de haberse "derechizado". Por James Neilson - Revista Noticias Nº 1715 (Noviembre)
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El análisis
Con la ley o por la fuerza
Por Joaquín Morales Solá

Ni un policía había recibido órdenes de impedir los desmanes. Nadie que representara a la autoridad laboral del Estado estaba cerca. Los ejércitos paralelos de Hugo Moyano se movían sin límites en la oscuridad de la noche. Lograron frenar la libre circulación de los dos principales diarios del país durante más de cinco horas.

El barrio de Barracas, donde están los respectivos talleres de LA NACION y de Clarín , se convirtió, de hecho, en una zona liberada por el Estado para que las fuerzas de choque del líder camionero actuaran a su antojo. La intensa y planificada acción se extendió también a tres importantes centros de distribución de diarios y revistas que están en el mismo barrio de la ciudad. Empezó así, anteanoche, un conflicto cuyo final no se percibe aún, pero que pone en serio riesgo la distribución de los diarios.

Le ha llegado al turno al periodismo gráfico. Moyano no es un satélite sin órbita. Ya varias veces había amenazado con boicotear la distribución de diarios pretextando uno de esos entreveros que él suele tener para arrebatarles afiliados a otros sindicatos. Es cierto que los diarios no son las únicas víctimas. ¿Qué tenían que ver los supermercados y los clientes de los supermercados con su pelea por acólitos con el mercantil Armando Cavalieri? ¿Qué tiene que ver el resto de los argentinos con sus peleas a tiros limpios con el líder de los trabajadores de la construcción, Gerardo Martínez, por los mismos motivos?

Moyano se va a quedar dentro de poco hasta con la afiliación de los motoqueros, pero sabe que los diarios son elementos más sensibles que las otras cosas cuyo liderazgo disputa. No le importa.
El ex presidente Kirchner, jefe político directo de Moyano, también lo sabe y seguramente lo instigó a perpetrar el desastre. Por fin, un mundo sin periodistas, según la fantasía que en su momento verbalizó el ex premier británico John Major.

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Consumada la ley de medios audiovisuales, ¿qué podía hacer el Gobierno con la prensa gráfica, que felizmente no tiene ninguna relación con el Estado? Intentar amedrentarla, tratar de asustarla. La imposibilidad de circulación de la prensa gráfica sería una condena a muerte de la prensa gráfica. Internet existe, pero no está todavía en condiciones de financiar un periodismo grande y eficiente.

La sociedad entre Kirchner y Moyano es tan intensa como inexplicable. A Moyano lo cuestionan los sindicatos más grandes y los más chicos del país (los gordos y los flacos, en fin) por su cercanía con un líder peronista en decadencia. Moyano resiste, aunque nunca fue un romántico de la política. Kirchner le acaba de entregar el manejo de la Administración de Programas Especiales (APE), que administra el Ministerio de Salud y que maneja más de 1000 millones de pesos anuales. Kirchner y Moyano son fanáticos creyentes del dinero como el más eficiente programa político.

El control de la APE había enfrentado duramente a Moyano con la ex ministra de Salud Graciela Ocaña, que aspiraba a que el líder sindical entendiera que esos recursos formaban parte del sistema de salud y no eran una mesa de dinero de los sindicatos. No pudo. Ocaña se fue por eso. Llegó Juan Manzur al ministerio y nombró un hombre de su confianza para que controle esos fondos. Duró 48 horas.

Ayer se publicó en el Boletín Oficial la victoria definitiva de Moyano: nada menos que el apoderado del Sindicato de los Camioneros, Daniel Colombo Russell, fue designado como jefe de la APE y en sus manos estarán de ahora en más aquellos importantes recursos. Otra guerra es previsible. Refiere a la que enfrentará a los grandes sindicatos con Moyano por la distribución de los dineros de la APE, pero esa historia no ha sucedido aún.

El Gobierno hizo suyo también un proyecto del abogado de Moyano, el diputado Héctor Recalde, para modificar el sistema las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART), en las que el sindicato camionero tiene sus propios intereses. Esos intereses habrían frenado también el inicial proyecto del oficialismo de estatizar el sistema de aseguradoras.

Todo eso explica la cercanía de Moyano con Kirchner. Pero, ¿qué cosas explican las proximidades de Kirchner con Moyano, uno de los protagonistas políticos más impopulares del país? No hay encuesta que sea benévola con el jefe camionero. Después de la gran crisis de hace siete años, Moyano estaba igual que gran parte de los dirigentes políticos de entonces: no podía salir sin custodia a la calle.
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Ahora cambió la beligerancia de la sociedad, pero ésta no cambió su opinión sobre Hugo Moyano. Su figura y sus métodos son rechazados en los centros urbanos y en las zonas rurales con igual intensidad.

Sucede que a Kirchner le gustan la impronta de Moyano y sus métodos. No sólo le gustan; también le son útiles. El piquetero Emilio Pérsico terminó resolviendo el problema piquetero en la avenida 9 de Julio. Otro piquetero, Luis D´Elía, se ha convertido en el vocero más fiable del ex presidente. Kirchner siente especial predilección por ese mundo donde los aprietes violentos son más valiosos que la eventual seducción de las palabras.

¿Acaso no es el deslenguado y duro Guillermo Moreno el funcionario con más poder real en la administración? Moreno comenzó la ofensiva contra la prensa gráfica cuando se hizo cargo de hecho de la representación del Estado en la empresa Papel Prensa, a través de su incondicional Beatriz Paglieri, que ayer asistió a su primera reunión con el resto del directorio de la empresa.
No es una casualidad, aunque lo parezca: la mayoría del paquete accionario de Papel Prensa es propiedad de LA NACION y de Clarín , los mismos diarios afectados por Moyano en la larga madrugada de ayer.

Hace pocas semanas, Moreno le dedicó una diatriba de antología a Papel Prensa y a sus dueños privados, que incluyó amenazas de golpes a los entonces representantes estatales en la empresa papelera; éstos renunciaron luego, tal vez asustados. Se hicieron dos denuncias penales sobre los dichos de Moreno, pero un fiscal está perdiendo el tiempo mientras enreda y revuelve los papeles. La Justicia y la policía también son, a veces, funcionales al método Kirchner.

Kirchner cree que los intendentes definen las elecciones y que los medios construyen la realidad. A los intendentes les llenó la mochila de subsidios para los pobres, que merecen una solución mejor para sus vidas. A los medios les ha dedicado una política brutal, coherente y persistente de domesticación. Para ese fin le sirve la ley o le sirve Moyano. Le da lo mismo.

Fuente: El análisis Con la ley o por la fuerza de Joaquín Morales Solá - La Nación - 5/11/09
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Mes a Mes, una visión tanto política como cultural

~ Nuestra Agenda ~

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Actividades tanto Políticas como Culturales, organizadas y/o propuestas por Jóvenes por la Iguadad Córdoba.

El Video Político Argentino: "Nuestra Constitución Nacional"

Preambulo de la Constitución Argentina: con voz de Jorge Lanata, del programa televisivo "Día D" (Canal América), 2001.

¿Cuando demandamos como sociedad, que la clase politica la respete?..Deberiamos aprender que ningun hombre tiene que estar por encima de ella, esa es la base de la igualdad de todos ante la ley...Pensar que deciamos en el 2001, "que se vayan todos", y aparecio más de lo mismo, Néstor Kirchner (se sabia en Santa Cruz ya quien era, como se manejaba), y luego su mujer, Cristina Fernandez de Kirchner, y con ellos, volvieron muchos más, la impunidad, la corrupción...¿Cuando aprenderemos a elegir a "nuestros representantes"?, ¿Cuando aprenderemos a votar algo distinto?...Hagamonos cargo de nuestro errores y de nosotros depende defenderla hoy, hacerla cumplir.

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