Una nueva era comenzó ayer para Estados Unidos y por extensión, para el mundo: Barack Obama es ya el presidente número 44 de la historia del país norteamericano al jurar el cargo en el Capitolio de Washington ante una enorme multitud de personas inundadas por la emoción, la excitación y la esperanza. Con la palma derecha levantada, el ya presidente repitió el juramento que le leyó el presidente del Tribunal Supremo, John G. Roberts.
La investidura de Obama como el primer presidente negro de la historia del país fue presenciada por cerca de dos millones de personas congregadas en el National Mall, la enorme explanada de más de tres kilómetros de longitud que se extiende desde la fachada oeste del Capitolio y hasta el monumento a Lincoln.En cuanto Obama terminó el juramento, que hizo bajo su nombre completo de “Barack Hussein Obama”, Roberts le estrechó la mano y pronunció un simbólico: “Felicidades, señor presidente”. La multitud estalló entonces de júbilo gritando, agitando banderas y arrojando objetos al aire mientras sonaban salvas en honor del nuevo hombre más poderoso del mundo.
La alegría fue casi indescriptible: desconocidos se abrazaron como hermanos, familias enteras lloraron y personas se lanzaban al suelo entre carcajadas de excitación, sin importar que la temperatura estuviese bajo cero. Esas mismas personas habían abucheado al presidente saliente, George W. Bush, cuando apareció en las pantallas gigantes de televisión por las que pudieron seguir la ceremonia.
Luego del juramento, llegó el esperado discurso, en el que Obama reconoció que tiene por delante un mandato repleto de desafíos y problemas, entre los que mencionó las guerras de Irak y Afganistán, la crisis económica, la precaria sanidad, el fracaso escolar y las amenazas contra el medioambiente. “Allá donde miremos, hay trabajo por hacer”, afirmó. Pero al mismo tiempo, envió un mensaje de optimismo. “Todo esto lo podemos hacer. Y todo esto lo haremos”, sentenció, porque su elección supone que los norteamericanos eligieron “la esperanza en lugar del miedo, la unidad de propósito en lugar del conflicto y la discordia”.
Prometió que una de sus primeras medidas será “empezar a dejar responsablemente Irak a su gente, y forjar una paz duramente lograda en Afganistán”.El nuevo presidente de Estados Unidos hizo un llamamiento específico a “mundo musulmán” para “buscar un camino hacia adelante basado en un interés y un respeto mutuos”, y prometió ayudar a las “naciones pobres”.
Después Obama, acompañado de su esposa Michelle, despidió a Bush y su esposa Laura, que se marcharon en helicóptero hacia la base aérea de Andrews, para tomar allí un vuelo a Texas, el lugar de su retiro. Los Obama, acompañados por el nuevo vicepresidente, Joe Biden, y de su esposa Jill, esperaron hasta que el helicóptero de los Bush desapareció en el horizonte para darse la vuelta y emprender su propio camino. Instantes después, el nuevo presidente firmó sus primeras órdenes, entre ellas las del nombramiento de su gabinete. La era Obama ya comenzó.
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