Milagro K: progresistas neoliberales
Por Jorge Oviedo
El kirchnerismo ha logrado un milagro. Los progresistas que se opusieron a Carlos Menem y a Domingo Cavallo repiten hoy sus argumentos. No es una reconversión de los Kirchner, que fueron grandes, enormes, aliados políticos de Menem, la privatización de YPF y la convertibilidad de Cavallo.
Pero en nombre de las políticas fiscales de entonces se decía que era imposible que los jubilados cobraran el 82% móvil. Y los progresistas despotricaban: "Capitalismo salvaje, fiscalismo deshumanizado".
Muchos de ellos aparecen ahora en público sosteniendo lo mismo que entonces decían Menem, Cavallo, Roque Fernández y otros, elevados hoy en día a la categoría de "monstruos neoliberales" por los progresistas.
Pero además, el ministro Amado Bodou dijo en el Senado que si se diera el aumento a los jubilados y se garantizara el 82% móvil habría déficit fiscal.
Siguiendo la línea del relato K de la economía uno puede preguntarse: Y si fuera cierto, ¿qué? Porque a fin de cuentas éste es el mismo gobierno que dice que el camino a seguir para mantener en alza la economía y el empleo en medio de la crisis es subir el gasto, aunque haya déficit. Es decir, hacer como Barack Obama en los Estados Unidos. Y no contener los gastos, como el español Rodríguez Zapatero o la alemana Angela Merkel.
Boudou despotricó en el Senado contra el FMI, del que la Argentina es miembro. Más aún: el FMI también se opuso siempre al 82% móvil para los jubilados. Como los Kirchner, Boudou, Menem, Cavallo, Roque Fernández y ahora también los progresistas.
Los argumentos oficiales son endebles y contradictorios. Dicen, por ejemplo, que es imposible pagar el 82% móvil porque hay muchos más jubilados que gente en actividad que aporta.
Si eso es un problema, ¿por qué se sumó a dos millones de beneficiarios que nunca aportaron? ¿No importaba entonces que pudiera haber déficit?
La verdad es otra. Sólo el 40% de los ingresos, dijo Diego Bossio, el titular de la Anses, para el pago de los beneficios proviene de aportes de trabajadores y empleadores. El resto son ingresos, en su mayoría, impositivos.
Bossio dice que por ello se pueden usar los fondos para otra cosa que no son haberes previsionales. Pero, entonces, el argumento de que el 82% no alcanza porque los aportes de trabajadores y empleadores son insuficientes es falso.
Y el argumento de que es la oposición la que quiere caprichosamente aumentar los haberes tampoco parece sostenible. Hay un fallo de la Corte, el de la causa Badaro, que dice que los que cobran más que la mínima deben cobrar más. El Gobierno mira para otro lado y no actualiza los haberes y espera que los beneficiarios hagan juicios que duran años. Muchos de ellos, lo sabe cualquiera, se morirán sin cobrar y esperando un fallo gracias a esa política de los Kirchner. ¿Sabrán los progresistas que apoyan al Gobierno que también apoyan eso?
Fuente: Opinión - Milagro K: progresistas neoliberales, por Jorge Oviedo
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