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Una visión del pasado, del presente y del futuro recopilada entre los periodistas, cientificos, e intelectuales argentinos : La brújula política está dedicada al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.

30/12/09

¿Un nuevo regalo para los Kirchner en el Día de los Inocentes?
Por Luis Majul
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Nunca el juez federal Norberto Oyarbide pensó en investigar en serio si Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Kirchner se habían enriquecido de manera ilícita. No es sólo una presunción. Se trata de una certeza basada en hechos verificables.

El primer antecedente es que el magistrado rechazó como querellante a Enrique Peragini, el abogado que presentó la denuncia. Así, le impidió obtener datos sobre la causa y eventualmente, apelar.

El segundo, es que sí aceptó como perito de parte a Víctor Manzanares, el contador del sospechado Kirchner. Muchos interpretaron esta decisión como un anticipo del sobreseimiento. De otra manera, no se entendería como el juez podría autorizar como perito de parte al profesional que habría ayudado al ex presidente a cometer el supuesto delito. Es más: si Oyarbide hubiera prestado atención a la denuncia de Ricardo Monners Sans, habría confirmado que Manzanares fue ayudado a "corregir las inconsistencias conceptuales" de la declaración jurada de su cliente, por tres altos directivos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que viajaron desde Buenos Aires hasta Río Gallegos especialmente para eso, el martes 23 de abril de 2009. Monners Sans se presentó en los tribunales después de leer la denuncia en El Dueño . Eso fue el 7 de noviembre pasado, y todavía nadie la desmintió.

El tercer dato que prueba que Oyarbide nunca tuvo voluntad de investigar el incremento patrimonial del matrimonio presidencial es que al mismo tiempo que convalidó a Manzanares rechazó como perito a Alfredo Popritkin, uno de los auditores contables más experimentados y prestigiosos de la Argentina. Es decir: todo lo contrario de lo que representa el cuerpo de peritos contables de la Corte Suprema, cuyos miembros decretaron que el enriquecimiento de Kirchner de 2007 a 2008 estaba plenamente justificado.

El ex presidente se quejó por las críticas que generó su polémico y urgente sobreseimiento. Dijo que no podía ser que sólo se aplaudieran los fallos que le gustan a la oposición. Pero el verdadero problema no es el fallo. El problema es que los peritos se limitaron a legitimar la declaración jurada de Kirchner sin el mínimo respaldo documental. Y, además, sin tomar ninguna declaración testimonial para confirmar o desmentir lo que el ex mandatario juró que posee.

La primera vez que Kirchner fue denunciado por enriquecimiento ilícito fue durante 2004. La investigación se "cayó" porque el entonces fiscal de la causa, Eduardo Taiano, entendió que el entonces presidente no merecía ser "imputado". Pocas horas antes de semejante decisión, el hijo de Taiano sufrió un secuestro exprés. El fiscal se asustó, y el juez Julián Ercolini sobreseyó al jefe del Estado. Ercolini se cuidó de aclarar que el período investigado llegaba hasta 2004. Es decir: dejó el camino expedito para nuevas denuncias.

Monners Sanz la hizo. Pidió que investigaran a Kirchner por la sospechosa multiplicación de su fortuna entre 2006 y 2007. El fiscal Taiano tuvo así su segunda gran oportunidad. Pero, una vez más, no encontró méritos suficientes para seguir investigando. El juez de esta causa es Rodolfo Canicoba Corral.

Canicoba encontró en el dictamen de Taiano la excusa perfecta. El 11 de abril de 2008 escribió que le era imposible avanzar en el juicio porque su fiscal no había encontrado los elementos suficientes para hacerlo. Cinco días después, Manuel Garrido, el fiscal de Investigaciones Administrativas, que había impulsado la acción de Monners Sans, se indignó y presentó un recurso de apelación para que no se desestimara la denuncia contra Kirchner.

La queja de Garrido contra Taiano y Canicoba fue muy potente. Calificó la desestimación de "prematura e irrazonable". Los acusó de haber dado por fehacientes las declaraciones de Kirchner y Manzanares sin cruzar datos ni investigar lo mínimo. También informó que faltaba el número de CUIT de Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez. Explicó que los comprobantes de órdenes de pago emitidos por Juan Carlos Relats, el hombre que le paga el alquiler del hotel Los Sauces a Kirchner, carecían de datos básicos como la modalidad de pago. Denunció que el ex presidente no había presentado las escrituras de compra y venta de inmuebles, ni los comprobantes de las transacciones bancarias, ni de las rentas por inversiones y los pagos de los alquiles de los inmuebles. Garrido, además, libró una serie de oficios a Santa Cruz para corroborar datos dudosos de la declaración jurada de Kirchner.

Los datos no llegaron, pero de inmediato Esteban Righi, procurador general, limitó las funciones de la Fiscalía y ató de pies y manos al investigador. Garrido renunció meses después y se declaró agotado de luchar frente a la corrupción porque los delincuentes gozaban de la protección del poder. De cualquier modo, su persistencia y un dictamen de los jueces de la Cámara Federal hicieron que la causa permaneciera abierta, suspendida, a la espera de que el fiscal o el juez decidan reactivarla.

No hay que ser experto en auditorías contables para concluir que la pericia en la que se basó Oyarbide para sobreseer a Kirchner está "contaminada" por la misma falta de celo para investigar y el mismo apuro que habrían mostrado Taiano y Canicoba.

El fiscal Taiano tiene tiempo hasta hoy, Día de los Inocentes, a las 9.30 de la mañana, para apelar el sobreseimiento dictado por Oyarbide y reclamar que no se cierre la causa. Los antecedentes parecen anticipar que la dejará caer, como lo hizo en otras oportunidades.

Quienes lo conocen afirman que el fiscal viviría mucho más tranquilo si el destino no lo hubiera colocado en la misma encrucijada.

Fuente: Opinión ¿Un nuevo regalo para los Kirchner en el Día de los Inocentes?, por Luis Majul - La Nación - 27/12/09
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10/12/09


EL INFORME
Argentina: Comienza la batalla entre los Kirchner y el Congreso

Hoy comienza a funcionar en Argentina la nueva Cámara de Diputados en la que una heterogénea oposición tiene mayoría y domina las principales comisiones de control. Pero Cristina y Néstor Kirchner poseen armas para contrarrestar esta aparente superioridad de sus rivales: el veto presidencial y su capacidad para atraer a los diputados opositores más cercanos al kirchnerismo.

La batalla entre el ejecutivo y el legislativo vivirá hoy su segundo capítulo tras la sesión del pasado jueves en la que la oposición arrebató a los Kirchner una importante porción de poder.
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Ofensiva anticorrupción

La oposición se ha puesto como objetivo revisar la gestión de los Kirchner e investigar los presuntos actos de corrupción ocurridos desde 2003. Pondrá su atención en investigar la actuación del Ministro de Planificación, Julio De Vido, en el tema de la concesión de obras públicas, en los fondos de las obras sociales, el reparto de los subsidios y los casos de enriquecimiento ilícito.

Francisco de Narváez incluso ha llegado a decir que no descarta "para nada que se tenga por vía de la Justicia una prueba o una sentencia y esto puede abrir el juicio político a la Presidenta. Este Gobierno está plagado de corrupción". El nuevo líder de la UCR, Ernesto Sanz, abundó en lo mismo: "esto de la comisión para investigar hechos de corrupción me parece que es necesario e interesante porque en la Argentina hay una falencia de la Justicia Penal Federal no solo desde ahora"

La oposición quiere promover asimismo leyes para reformar el Indec, el Consejo de la Magistratura y coparticipar el impuesto al cheque a las provincias, la mayoría de ellas endeudadas y empobrecidas. En otros temas, los diputados opositores tienen serias diferencias como en la ley medios audiovisuales y las retenciones a la soja.

Todos los bloques opositores coinciden en impulsar una reforma a fondo del INDEC para evitar manipulaciones en el cálculo de la inflación, hacer cambios en el Consejo de la Magistratura para impedir el "poder de veto" que ejerce el gobierno en la selección y sustitución de jueces.
La oposición quiere también regular el acceso a la información y modificar el actual reparto en la ley del cheque del cual sólo el 15 % va a las provincias.
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Las armas de los Kirchner

Los Kirchner han sufrido una derrota pero no están ni mucho menos hundidos e inmovilizados. El gobierno de Cristina Kirchner buscará mantener el control de las comisiones de control de la Cámara de Diputados y utilizará el veto presidencial para bloquear las leyes que la oposición apruebe sin el apoyo del oficialismo.

Como aseguraba el analista Fernando Laborda en el diario La Nación, "la estrategia de Néstor Kirchner puede resumirse de esta manera: 1) Hacerse fuerte en el Senado, donde la paridad de fuerzas es mucho mayor. 2) Cooptar o seducir al mayor número posible de legisladores de la oposición, forzando diferencias entre ellos".

Además para Laborda "si esta estrategia no da resultado, las opciones que maneja el kirchnerismo pasan por desactivar al máximo el Congreso o recurrir al veto, un arma constitucional que terminaría con cualquier pretensión legislativa de la oposición, pero a un costo político demasiado grande para el oficialismo y también para el país, que vería descender notablemente la producción legislativa".

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ya lo adelantó cuando dijo que "si no estamos de acuerdo, volverán al Congreso para su revisión o para su archivo". El veto presidencial es un arma formidable ya que la Cámara de Diputados sólo puede echarlo para atrás con dos tercios de los votos en ambas cámaras, una mayoría difícil de alcanzar dada la heterogeneidad de la oposición.

Por eso, las fuerzas antikirchneristas han respondido con dureza a la posibilidad de que el ejecutivo utilice el veto. El jefe del bloque de diputados de la UCR, Óscar Aguad, advirtió que si la presidenta Cristina Kirchner "utiliza el veto sistemático se encontrará con la gente en la calle". Incluso Graciela Camaño, hasta hace poco cercana al kirchnerismo, ha asegurado que "el Ejecutivo lo tendrá que explicar a la sociedad (si utiliza el veto). Y ojo que pueden volver a sonar las cacerolas de la protesta como en 2001".

También Felipe Solá abundó en este tema: "cuando llegue el momento, si se acumularan los vetos, entonces sí tendríamos una protesta popular seguro, porque tenemos un Gobierno que gobierna sobre una base de falta de legitimidad, y en general la sucesión de vetos es ilegítima".
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El arsenal kirchnerista

La Casa Rosada tiene otras armas además del veto. Espera que la Cámara no vuelva a reunirse hasta marzo de 2010, cuando comienza el año parlamentario y controlar el Senado en febrero para frenar las iniciativas que salgan de la Cámara de Diputados.

En el Senado el bloque kirchnerista cuenta con 35 senadores, entre senadores propios y aliados. La UCR tiene 18 y el interbloque federal (PJ disidente y provinciales) 14. Además, hay 2 senadores que apoyan a Luis Juez, líder antikirchnerista de Córdoba, un socialista, una cívica y un ex cívico. Toda la oposición representa 37 senadores, dos más que los kirchneristas.
Julio Cobos

La incógnita son los senadores del peronismo pampeano, Rubén Verna y María Higonet que formaron bloque independiente. Sin esos dos votos, el kirchnerismo quedaría en minoría. Si consigue sumarlos el oficialismo llegará a 37 y entonces Julio Cobos, como presidente que es del Senado, tendría que volver a utilizar su voto para desempatar.

Los esfuerzos del oficialismo en el Senado, que lidera Miguel Pichetto, se centran en quesus tradicionales aliados -los fueguinos José Martínez y Rosa Díaz, ex ARI, Horacio Lores del Movimiento Popular Neuquino y los dos senadores del PJ disidente de La Pampa, María Higonet y Carlos Verna voten unidos al kirchnerismo.

Por último, el gobierno de Cristina Kirchner tiene dos cartas más para mantener su poder e inicitiva: los Decretos de Necesidad y Urgencia y los superpoderes que el legislativo le concedió hace unas semanas hasta 2011.
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Dividir a la oposición

Néstor Kirchner y la Casa Rosada aspiran también a no perder la iniciativa política, y atraer apoyos entre la izquierda con proyectos como la reforma del régimen de entidades financieras o la nacionalización de hidrocarburos. El kirchnerismo cree que sectores del peronismo disidente como Graciela Camaño y de la izquierda como Pino Solanas, Eduardo Macaluse, Claudio Lozano, e incluso el socialismo pueden, puntualmente, romper su alianza con la oposición y votar tanto en las comisiones como en la Cámara, unidos al oficialismo.

La unidad de la oposición es muy precaria. Esos 140 diputados opositores están repartidos en 12 grupos parlamentarios distintos. Las diferencias ideológicas son grandes pues conviven sectores de izquierda (socialistas y seguidores de Elisa Carrió) con grupos de centroderecha como el PRO de Mauricio Macri o los peronistas disidentes de Felipe Solá y Francisco de Narváez. Además, Solá, De Narváez y Macri mantienen una alianza meramente coyuntural y la confianza mutua es escasa. En medio de estos grupos está la UCR, la fuerza política más cohesionada y numerosa.
De Narváez, Macri y Solá

Además de diferencias ideológicas, existen diferencias en torno a cuál debe ser la relación con los Kirchner. Están los halcones (oposición radical al kirchnerismo) y las palomas (más dispuestos a pactar con el gobierno). Entre los halcones sobresalen Felipe Solá y Elisa Carrió. Entre las palomas están sobre todo los peronistas disidentes que hasta hace poco eran aliados de los Kirchner (Graciela Camaño) y la izquierda.

Por eso, el kirchnerismo lanzará sus redes sobre el grupo que lidera Graciela Camaño en donde están los diputados por Chubut que siguen las indicaciones del gobernador Mario Das Neves, quien quiere ser candidato presidencial en 2011.

Pero lo que realmente divide a la oposición son esas aspiraciones presidenciales para 2011. Hay seis probables precandidatos en la oposición: Elisa Carrió, Julio Cobos, Felipe Solá, Hermes Binner, Mauricio Macri, Fernando Pino Solanas. Todos ellos tienen sus agendas y sus intereses que entrarán en colisión a medida que se acerquen las presidenciales.
Elisa Carrió

Como aseguraba en el diario La Nación el analista Carlos Pagni: "la Argentina está partida por un conflicto entre la izquierda y la derecha que llevará a la oposición a la ruptura. Pero en el conglomerado de la oposición existe una grieta menos visible y, acaso, más operativa. No deriva de una contradicción ideológica, sino de las conveniencias con que especula cada grupo cuando analiza la carrera presidencial de 2011. Esta divergencia separa a los peronistas disidentes de Felipe Solá y Graciela Camaño del no peronismo de Oscar Aguad (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica)".

De ahí que Elisa Carrió haya llamado a la unidad opositora: "tenemos que estar todos unidos en el Parlamento para construir un bloque opositor que no se divida en el Congreso. La oposición se tiene que ir uniendo por los temas en los que hay acuerdos y no dividirse: hoy lo más importante son los acuerdos parlamentarios".

El heterogéneo espectro opositor
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La UCR, el Peronismo Federal, la Coalición Cívica y Pro lideran la ofensiva opositora pero solos no tienen la mayoría en la Cámara de Diputados. Necesitan a los bloques de centroizquierda, que no se sienten cómodos aliados con partidos de centroderecha. Son pocos, no llegan a 30 diputados, pero poseen la llave para conseguir el quórum para iniciar las sesiones y aprobar las iniciativas de la Cámara de Diputados.

Las fuerzas opositoras alcanzaron el pasado jueves 142 diputados pero se distribuyen así. 108 pueden considerarse claramente antikirchneristas: 44 diputados pertenecen a la UCR, 29 al peronismo disidente de Solá y De Narváez, 13 al PRO de Macri, 19 a la Coalición Cívica de Carrió y 3 al Frente Cívico del cordobés de Luis Juez.
Felipe Solá

Donde Néstor Kirchner puede encontrar apoyos es en el espectro de los grupos de izquierda: hay otros 23 diputados distribuidos así: el GEN de Margarita Stolbizer con 5 diputados, los kirchneristas disidentes de Graciela Camaño con 6, los socialistas también con 6 y varios bloques unipersonales provinciales que suman 6.

A ellos hay que sumarle los diputados de izquierda que suman 11. El SI de Eduardo Macaluse con 3, los Libres del Sur 2, Miguel Bonasso con 1 y Proyecto Sur de Fernando Pino Solanas con 5.

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Opinión: ¿Dominará la oposición el Congreso?
Por Fernando Laborda


Pese a la dura derrota que sufrió el kirchnerismo en la reciente sesión preparatoria de la nueva Cámara de Diputados de la Nación, sería más que aventurado pronosticar que una oposición unida dominará de ahora en más el Congreso.

A lo sumo, sí podríamos afirmar algo concreto: el Poder Legislativo dejará de ser una mera caja registradora de las iniciativas de la Casa Rosada. A partir de ahora, al oficialismo le costará muchísimo sancionar leyes, al tiempo que a los legisladores de la oposición también les demandará demasiado esfuerzo aprobar sus proyectos.

El futuro del Poder Legislativo dependerá en primer término, desde este 10 de diciembre, del nivel de conflicto y del grado de fragmentación de los bloques opositores en la Cámara de Diputados.

El segundo factor que condicionará el porvenir de la Cámara baja será el grado de coincidencias y disidencias internas dentro de cada sector político en que se divide la oposición; por ejemplo, entre alfonsinistas y cobistas, o entre macristas y felipistas.

Claro que, al margen de lo que haga la oposición con su mayor número de diputados, será clave lo que haga el oficialismo.

La estrategia de Néstor Kirchner puede resumirse de esta manera:

1) Hacerse fuerte en el Senado, donde la paridad de fuerzas es mucho mayor.

2) Cooptar o seducir al mayor número posible de legisladores de la oposición, forzando diferencias entre ellos.

Si esta estrategia no da resultado, las opciones que maneja el kirchnerismo pasan por desactivar al máximo el Congreso o recurrir al veto, un arma constitucional que terminaría con cualquier pretensión legislativa de la oposición, pero a un costo político demasiado grande para el oficialismo y también para el país, que vería descender notablemente la producción legislativa.

Fuente: Opinión: ¿Dominará la oposición el Congreso?, por Fernando Laborda - La Nación - 8/12/09
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Kirchner divide a la oposición: muchos lo necesitan con vida
Carlos Pagni

El aparato de comunicación del oficialismo trabaja en estos días para demostrar que el arco opositor que el jueves derrotó a Néstor Kirchner en la Cámara de Diputados carece de la cohesión necesaria para acorralar al Gobierno e imponer un rumbo a la política. Despectivo como de costumbre, Aníbal Fernández dijo que se trató de "un rejunte". Más refinada, la centroizquierda filokirchnerista de Martín Sabbatella prefirió hostigar a "Pino" Solanas preguntándole por qué votaba con el macrismo. Esta presentación supone que la Argentina está partida por un conflicto entre la izquierda y la derecha que llevará a la oposición a la ruptura.
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Pero en el conglomerado de la oposición existe una grieta menos visible y, acaso, más operativa. No deriva de una contradicción ideológica, sino de las conveniencias con que especula cada grupo cuando analiza la carrera presidencial de 2011. Esta divergencia separa a los peronistas disidentes de Felipe Solá y Graciela Camaño del no peronismo de Oscar Aguad (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica). Sometidos a Kirchner, los peronistas están en el peor de los mundos. Sencillo: la persona que más determina su vida interna es, al mismo tiempo, la menos apreciada por la sociedad. Es casi inevitable que esa ecuación conduzca a una derrota. En el PJ necesitan que se precipite una renovación, para disputar la Presidencia con un candidato competitivo. Puede ser Carlos Reutemann, Felipe Solá o Francisco de Narváez. Cualquiera, menos el desprestigiado esposo de la Presidenta.

En cambio, al vicepresidente Julio Cobos, o al flamante presidente de la UCR, Ernesto Sanz, igual que a Carrió o a Hermes Binner, nada le puede parecer más provechoso que enfrentar a alguien que, como el santacruceño, no registra más que el 20% de aceptación en las encuestas.
Aunque de orden táctico, esta discrepancia es, en la política de estos días, tan crucial como la brecha ideológica. Separa al Acuerdo Cívico y Social del PJ disidente.

La contradicción podría quedar expuesta en el escenario fiscal, que es donde el peronismo libra su batalla interna, secreta, con Kirchner. Es casi conmovedor asistir a las contorsiones con las que gobernadores e intendentes peronistas intentan, como escapistas de circo, liberarse de él. Esas operaciones son vanas cuando se llega al último grillete: los giros de dinero desde el poder central. El santacruceño sabe de memoria que la caja es el único factor de sometimiento que le queda, si es que quiere evitar que los dirigentes de su partido corran en masa detrás de un candidato que les permita retener el poder.

No debe sorprender, entonces, que cuando a Solá se le pregunta cuál es su principal objetivo parlamentario en la etapa que se inaugurará el próximo 10, conteste: "Discutir el reparto de fondos Nación-provincias para emancipar a los gobernadores de Kirchner". Graciela Camaño, en cuyo bloque se integraron los delegados de Mario Das Neves (Chubut) y José Manuel de la Sota (Córdoba), dice lo mismo. Solá y Camaño mantuvieron una larga charla el jueves pasado por la mañana. También participó Eduardo Duhalde, aunque por casualidad: llamó desde Roma para informarse sobre la peripecia parlamentaria de ese día. Es el mismo Duhalde que, después de la derrota electoral del 28 de junio, le dijo a Daniel Scioli: "Si querés sumarte a nosotros, emití patacones. Es la única forma de que te liberes. Es la única forma de que nos sirvas". El caso de Scioli es paradigmático: el año que viene necesita US$ 3000 millones para no quebrar.

Camaño se propuso integrar a su grupo, como asesor senior, a Jorge Sarghini, que dejará de ser diputado. Se trata, acaso, del mejor experto en federalismo fiscal con que contó la Cámara hasta ahora. Sarghini promovió durante los últimos meses la coparticipación del impuesto al cheque, y también que las provincias se apropiaran, en la confección del presupuesto, de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) que el Ministerio del Interior no ha repartido en los últimos años.

Estos peronistas disidentes conversan con los mortificados gobernadores. El de Salta, Juan Manuel Urtubey, comenzó a proponer que los recursos que hoy maneja a su arbitrio la Nación, se giren a las provincias según un índice de reparto automático. No debería extrañar que Urtubey, Jorge Capitanich (Chaco), Sergio Urribarri (Entre Ríos) o José Luis Gioja (San Juan), encontraran en el PJ díscolo al comando que los desate de la cadena fiscal.

Sin embargo, la emancipación podría encontrar un límite tácito, impreciso. ¿Cuál es el incentivo electoral para que los "cívicos" de Aguad o de Carrió faciliten la renovación que se desencadenaría en el PJ, si Kirchner pierde la caja? ¿Por qué Sanz, que puede aspirar con ventaja a la gobernación de Mendoza, va a fortalecer al peronismo de esa provincia librándolo del estima kirchnerista? La misma pregunta vale para Aguad, que tiene a Córdoba al alcance de la mano. O para Gerardo Morales, en Jujuy. Ellos deberán resolver el dilema entre sus intereses electorales y los compromisos retóricos asumidos con el federalismo fiscal, al que varios expertos de la UCR dedicaron más de un trabajo y por el que también claman los gobernadores del partido.

El avasallamiento de las autonomías provinciales es una clave de bóveda de la Argentina electoral. El kirchnerismo lo sabe, y por eso reclamó la presidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda. La Casa Rosada quedó a dos votos de controlar la mayoría de ese reducto estratégico. Será decisiva, entonces, la alianza con "compañeros de ruta" como Carlos Heller o Sabbatella, quienes se reencuentran después de haber compartido la misma fe comunista (es imposible comprender los alineamientos actuales de la izquierda sin advertir cómo ha reverdecido, al calor de los Kirchner, el Partido Comunista).

De todos modos, la ley del cheque o las retenciones a la soja son los ejemplos que primero menciona el jefe de la bancada oficial, Agustín Rossi, cuando se le pregunta en qué casos cabría esperar vetos de la Presidenta. El dispositivo retórico de esa operación es conocido: se acusará al Congreso, "donde ganó la derecha", de querer voltear a un gobierno que se identifica, gracias a las retenciones, con la distribución del ingreso. Una música aprendida, a los apurones, en Honduras.

La estrategia electoral condiciona otros aspectos de la puja política. La oposición será, sin duda, consecuente con la agenda de leyes que aspiran a un mayor control sobre el Ejecutivo. "Más importante que liberar a los gobernadores es liberar a los jueces" se le escuchó decir a un alto dirigente radical. Se refería a la restauración del equilibrio en el Consejo de la Magistratura. También alrededor del saneamiento del Indec puede construirse una mayoría homogénea.

Otros objetivos, en cambio, amenazan con aislar al peronismo disidente del resto de la oposición. Por ejemplo, el juicio político a la Presidenta, insinuado ayer por Francisco de Narváez. La eventualidad de un final abrupto es un factor de discordia entre los socios del jueves pasado. El radicalismo y la Coalición Cívica están en condiciones de administrar la crisis del PJ y favorecer la candidatura del esposo de la Presidenta. Una ilusión maquiavélica, como diría Emilio Hardoy, que no siempre funciona. Que lo digan, si no, los alfonsinistas, que a fines de los años 80 alimentaban a Carlos Menem, suponiendo que se le ganaba más fácil que a Antonio Cafiero.

Más allá de las hipótesis, parece haber una lógica de hierro. El peronismo necesita, antes de 2011, de cualquier modo, ganarle a Kirchner. Los radicales y Carrió pretenden, en cambio, ganarle al peronismo. Ese sueño los convierte, llegado el caso, en involuntarios socios de Kirchner.

Fuente: Kirchner divide a la oposición: muchos lo necesitan con vida, por Carlos Pagni - La Nación - 7/12/09
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1/12/09

Amenaza de golpe contra el Congreso
Joaquín Morales Solá

Néstor Kirchner se bajó del avión presidencial a última hora. No acompañó a Cristina al Vaticano, como estaba previsto en todos los programas. Un par de días antes de la deserción ante el Papa, el ex presidente decidió hablarles a los intelectuales kirchneristas de Carta Abierta. En ese compadreo entre incondicionales, maltrató primero al periodismo (que ya es para él como la oración diaria para los que tienen fe) y luego se ocupó, enfurecido y desafiante, del problema nuevo que descubrió con precisión: el Congreso.

Que nos echen de todas las comisiones , bramó, y provocó: Nosotros tendremos al pueblo en la calle. Fue la amenaza más directa y brutal que recibió el Poder Legislativo desde que Menem insinuó su cierre temporal en la década del noventa.

Desde hace casi dos años, el Gobierno viene denunciando supuestas conspiraciones destituyentes. Sin embargo, nadie fue tan explícito contra la administración kirchnerista como Kirchner lo fue contra el Congreso. Enfrentar la decisión de los legisladores con las turbulencias de manifestaciones callejeras sería un claro intento de desestabilización de la institución parlamentaria. Amedrentó a los nuevos legisladores antes de que éstos asumieran.

La primera conclusión es que Kirchner tomó nota de que la oposición fue capaz, hasta ahora, de enhebrar acuerdos que le sacarían al Gobierno el control de las cruciales comisiones legislativas. Por eso aludió a esas comisiones en el momento más vibrante y tenso de su monólogo ante los fieles. Kirchner no se puede ir de Buenos Aires ni un solo día, aceptó un funcionario cuando se enteró de la ofensiva opositora.

La segunda conclusión consiste en establecer que el matrimonio presidencial no está ya en condiciones de llenar calles ni atajos. Podría contar, eso sí, con la movilización de los pocos sindicatos que le quedan y con la atemorizante presencia de los grupos de choque formados por los viejos piqueteros y por las nuevas barras bravas kirchneristas del fútbol subsidiado. Ahora se sabe, al fin y al cabo, por qué Kirchner nunca quiso deshacer esos grupos y prefirió siempre "aliarse con los malos", con el argumento de convertirlos en buenos. La alianza existió y existe; la conversión, no.

Semejante escenario sería como jugar con fuego cerca de la pólvora. ¿Cuánto tiempo durará la paciencia de una sociedad ya magullada por la violencia del espacio público y por la agresividad del discurso político? ¿Cuánto, si el kirchnerismo enviara a sus ejércitos propios a desestabilizar el Congreso? ¿No estaría así empujando ese instante imprevisible en el que un hecho fortuito termina por cambiar el ecosistema político? Escuchar a Kirchner es casi una lección práctica de las secuelas del aislamiento y de los descarríos de la imprudencia.

Es, al mismo tiempo, un final de fiesta y la antesala de un desierto definitivo. Kirchner no tiene retorno. Las cuatro encuestadoras más serias y prestigiosas del país han terminado mediciones que indican que los dos Kirchner perforaron el piso de los 20 puntos de imagen positiva en el país y ya están en sólo 18 puntos. Se trata sólo del carozo de cualquier caudal político. Y es, también, una tragedia política para los líderes de una administración que todavía debe gobernar dos años más. La imagen negativa de los Kirchner tiene un piso del 55 por ciento, pero podría llegar a cerca del 70 por ciento si se prorrateara la imagen regular.

Una novedad inesperada: gobernadores otrora populares ven derrumbarse sus propios índices de simpatía sólo por el acercamiento a los Kirchner. Un ejemplo: el caso de José Luis Gioja, en San Juan.

Otro dato es aún peor. La sociedad está pesimista. Un 75 por ciento de los encuestados cree que el país "está mal". Más del 50 por ciento está seguro de que las cosas serán todavía peores en la Argentina. Este dato es significativo, porque las sociedades y las personas tienden, por lo general, a ser optimistas con respecto al futuro. Los resultados sobre el estado social, más que los de la imagen de los Kirchner, son potencialmente peligrosos para el destino de la tranquilidad pública.

Como los herederos que despilfarran fortunas antes de llegar a viejos, los Kirchner decidieron darse todos los gustos en vida. Una ironía de la historia fue que durante el gobierno de Cristina Kirchner se haya prorrogado la emergencia económica hasta el final de su mandato. La entonces senadora Kirchner votó en contra de las prórrogas de esa emergencia aún durante el gobierno de su esposo; entonces aducía que ya era hora de que el Congreso volviera a tener el rol constitucional que le corresponde y que ninguna emergencia era justificable para un gobierno que se ufanaba de haber normalizado la economía.

Los hechos de la última semana borraron esas viejas palabras. Tal rectificación podría justificarse en el drama personal de la Presidenta. Según los análisis más serios de las perspectivas económicas, la Argentina crecerá el año próximo sólo con los mismos porcentajes que retrocedió durante 2009. Cristina Kirchner llegará a 2011 con el mismo tamaño económico del país que recibió. Un mandato perdido.

No es lo único que han hecho. Salvo que algo contundente se interponga, los Kirchner intervendrán Papel Prensa, la empresa que abastece de papel a una enorme mayoría de diarios argentinos. ¿Las razones? No hay ninguna. Guillermo Moreno le entregó al ex presidente de la Comisión Nacional de Valores Eduardo Hecker el borrador de la resolución para que éste procediera a la intervención de la empresa.

No hay razones para eso , le contestó Hecker. Quiero sacar a los diarios de Papel Prensa , le respondió Moreno, aludiendo a La Nacion y Clarín. La República tiene métodos para eso , le replicó Hecker. Hay que mandar al Congreso un proyecto de ley de expropiación. Y una vez aprobado, habrá que pagarles a los dueños lo que cuesta la empresa, le explicó. Hecker no estaba inventando nada nuevo: es lo que, después de todo, hace Chávez en Venezuela cuando se queda con empresas privadas.

Hecker le contó ese diálogo a Amado Boudou, que estuvo de acuerdo con él. Un día después, el ministro de Economía se subió a la ofensiva contra Papel Prensa sólo para no quedar atrás de Moreno. En su lucha por ser más fanático que el fanático Moreno, Boudou es capaz de asumir hasta la autoría de un crimen. Hecker se fue. Lo siguió después el jefe de la Sindicatura General de la Nación, Carlos Pacios, por los mismos motivos.

Moreno presionó seriamente también sobre la Bolsa de Comercio, cuyo titular, Adelmo Gabbi, sacó el reglamento y envió una inspección rutinaria a Papel Prensa, que no encontró nada irregular. ¿Se hace todo eso sólo para frenar la intensa marcha a mitad de camino? No. Ya es intolerable que Papel Prensa tenga que dar explicaciones que no necesita dar.

Kirchner es peor cuando está asustado. La oposición no kirchnerista dio algunos pasos en el buen sentido. Tomó la iniciativa en el Congreso y se mostró unida. No obstante, el ritmo imperioso y arbitrario de Kirchner está necesitando también de una Comisión de Enlace de los principales dirigentes opositores. ¿Podrán hacerlo cuando todavía prevalecen entre algunos el agravio y la ofensa?

Las instituciones (el Congreso y el periodismo libre, entre ellas) están en riesgo. La oposición calla demasiado sobre los cotidianos martirios de la prensa. Esos líderes opositores deberían aparcar las ambiciones políticas y los rencores personales. Deberían, en última instancia, dejar de lado las inexplicables agresiones entre ellos compitiendo por un destino que nadie ve. Deberían hacerlo antes de que el país se quede hasta sin diarios.

Fuente: Amenaza de golpe contra el Congreso, Por Joaquín Morales Solá - La Nación - 29/11/09

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Mes a Mes, una visión tanto política como cultural

~ Nuestra Agenda ~

~ Nuestra Agenda ~
Actividades tanto Políticas como Culturales, organizadas y/o propuestas por Jóvenes por la Iguadad Córdoba.

El Video Político Argentino: "Nuestra Constitución Nacional"

Preambulo de la Constitución Argentina: con voz de Jorge Lanata, del programa televisivo "Día D" (Canal América), 2001.

¿Cuando demandamos como sociedad, que la clase politica la respete?..Deberiamos aprender que ningun hombre tiene que estar por encima de ella, esa es la base de la igualdad de todos ante la ley...Pensar que deciamos en el 2001, "que se vayan todos", y aparecio más de lo mismo, Néstor Kirchner (se sabia en Santa Cruz ya quien era, como se manejaba), y luego su mujer, Cristina Fernandez de Kirchner, y con ellos, volvieron muchos más, la impunidad, la corrupción...¿Cuando aprenderemos a elegir a "nuestros representantes"?, ¿Cuando aprenderemos a votar algo distinto?...Hagamonos cargo de nuestro errores y de nosotros depende defenderla hoy, hacerla cumplir.

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